El nombre sí que importa
Los nombres tienen la importancia que se les quiera dar pero, a menudo, la cuestión no es simplemente de fachada, si no de fondo. Es el caso de la autovía A-44 que ha pasado a denominarse Sierra Nevada-Costa Tropical, tal y como se aprobó por el Ministerio de Fomento fue recogido este pasado miércoles por el Boletín Oficial del Estado (BOE).
Más allá de la discusión sobre la idoneidad o no del cambio en sí, lo que sí parece evidente es que las formas no han sido las más adecuadas, tal y como denuncia la alcaldesa de Bailén, Simona Villar, a la que la decisión ha cogido por sorpresa. Lo correcto habría sido consultar o poner en conocimiento de la regidora local esa decisión, por lo que pudiera afectar de manera directa o indirecta al municipio, al quedar el nombre desvinculado para siempre de la autovía. Ese habría sido el proceso lógico y coherente, no obviar por completo el municipio en el que arrancan los 185 kilómetros de esta importante arteria vial. Cuestión indiscutible es que la A-44 tiene su kilómetro cero en el municipio de Bailén, una encrucijada de caminos y esa realidad es innegable. Aún es pronto, pero habrá que ver hasta qué punto el cambio afecta a la economía local en una ciudad en la que la crisis ha hecho mella con especial virulencia, dada su gran dependencia del ladrillo. Sería necesaria, aunque fuese a posteriori, para guardar las formas de lo políticamente correcto y, si es posible, dar marcha atrás. Algo tendrán que decir los dirigentes que defienden los intereses de esta provincia, tanto de una ideología como de otra, no solo la propia alcaldesa bailenense, porque el asunto puede interpretarse como una afrenta a todos los jiennenses, no solo a los vecinos de Bailén.