El niño que ansiaba saber

Esto era una vez un niño muy guapo, rubio y con los ojos azules, cuya frágil memoria dejaba mucho que desear: raro era el día en el que no se le olvidaba alguna cosa del cole en casa o viceversa. Eso, si no se traía el móvil, las llaves o cualquier otra cosa de su madre. En clase era bastante travieso pero de amplio y sincero corazón. Se le daban bastante bien las matemáticas, pero le costaba sudores aprobar conocimiento del medio y lengua; aunque al final, con mucho tesón, consiguió superarlas. No obstante, necesitaba leer mucho en voz alta y al hacer caso omiso a su madre (en este asunto), no lograba sacar a flote su expediente académico. Hasta que se hizo algo mayor y comprendió que el único camino para poder encontrar una buena colocación era estudiar y tener cultura, lo que le iba a reportar siempre buenas vibraciones. Por eso emprendió su seguro camino hacia el futuro aprobando todas las asignaturas de todos los cursos de secundaria; hasta que escogió un módulo profesional que le proporcionó dinero y seguridad para fundar una familia que le colmó su vida. 

Los últimos en escoger
Otro año más, la comunidad autónoma andaluza, y por ello la provincia de Jaén, concentran a los últimos estudiantes a nivel nacional en poder presentarse a las pruebas de acceso a la universidad. Hablamos de la selectividad, en la que este año, las fechas para la convocatoria ordinaria son los días 12, 13 y 14 de junio. Mientras que los de la convocatoria extraordinaria, serán los días 16, 17 y 18 de septiembre. A parte de que si algún desafortunado tiene que presentarse a las extraordinarias, dispondrá de bastante menos tiempo de estudio, tanto en junio como en septiembre, serán gravemente afectados a comparación del resto de España ya que salen las notas cuando ya muchos estudiantes han solicitado las plazas de las carreras que desean y en las universidades de la ciudades que más les convienen. Y ya no es sólo que puedan llegar a perder la oportunidad de estudiar lo que desean, o donde desean hacerlo, que ya es grave. Sino que también se ven afectados a la hora de la búsqueda de residencias. Se han dado casos de personas conocidas que sus hijos no han podido asistir al Colegio Mayor o a la Residencia Universitaria que pensaban, por falta de plazas. Esto dificulta bastante más de lo que creen, incluso a la hora de buscar pisos cercanos a los campus universitarios. NURIA YEGUAS GARCÍA / JAÉN

Siempre la misma indignación
Cada noche, cuando salgo de trabajar y voy a mi casa, pasó por el recinto ferial. Siempre veo la misma imagen y, siempre, me aparece la misma indignación. Un montón de bombillitas alumbran mi camino. No entiendo por qué están encendidas todas las farolas como si fuese San Lucas. ¿Acaso no cuesta dinero? No ocurre una vez aislada, sino día tras día y por mucho que intento darle una explicación, no logro comprender. No es una zona transitada por la noche. No hay ninguna actividad que realizar allí. No hay jóvenes en cada una de las calles de la zona haciendo botellón. Y si hubiera enamorados entregándose a la pasión, estarían mejor a oscuras que a la vista de todo el mundo. ¿Por qué siguen encendidas? ¿Cuál es su función? Aunque fuese un alumbrado gratuito, que no lo creo, pienso que no da ejemplo a la ciudadanía. Nos piden contrición en el gasto y nos hablan de sostenibilidad. Pues hasta donde yo sé, que no es mucho, cualquier aparato contamina menos apagado que encendido. Además, ni hacen bonito ni aportan nada al lado de una carretera por la que solo pasan coches de madrugada. ¿Alguien me puede explicar el misterio? Por favor, apáguenlas, que la oscuridad también es bella.
CARMEN MARTOS / Jaén

Molestas nubes de mosquitos
Dicen los expertos que la buena climatología y las abundantes lluvias de estos últimos meses en la capital son el caldo de cultivo perfecto para que los mosquitos, o mejor dicho, sus larvas, naden a sus anchas como una renacuajo en un charco y que, justamente, esa circunstancia ha convertido en el milagro de los panes y los peces la procreación y proliferación de especies que, aunque autóctonas, no se habían visto antes por estos lares. Ahora, también hubieran pasado desapercibidos, pues estas variedades de dípteros son tan diminutas que apenas superan el milímetro de envergadura y eso no hay quien lo vea, y menos, personas como yo que, a mi edad, no veo, como se suele decir, tres en un burro. También dicen los expertos que son especies inofensivas para el ser humano, nada comparable con sus hermanos mayores los expertos chupasangres. Pero cuando se dan las circunstancias, como ha sido la ocasión a la que me estoy refiriendo, estos microseres alados tan molestos forman auténticas nubes espesas e irrespirables y para los amantes del paseo apacible, como es mi caso, se convierten en un auténtico martirio. Prácticamente, me parece que no hay un rincón de Jaén libre de esta plaga. La suerte es que los expertos aseguran que esto dura lo que el estornudo en una gripe, una semana aproximadamente. Solo espero que, esta vez, estén en lo cierto.
Andrés López DE LA HOZ / Jaén

    18 may 2014 / 22:00 H.