El 'niño del tortazo' de Pozo Alcón continúa en la casa de sus padres

José Rodríguez Cámara/Jaén
Una vecina de Pozo Alcón dio una torta a su hijo. Un problema, aparentemente doméstico, se convirtió en cuestión de Estado tras la condena de la Justicia a la madre y el posterior indulto del Gobierno,  en 2009. Al final, la familia pidió ayuda para tratar con el menor que, dos años después, sigue con ellos.

    29 feb 2012 / 11:59 H.

    O no hay condenas similares desde entonces o, en cualquier caso, no tienen la repercusión de la sentencia del Juzgado número 3 de Jaén, conocida en diciembre de 2008, que imponía a una madre de Pozo Alcón una orden de alejamiento contra su hijo mayor. Le había dado un tortazo, dos años antes, porque no le hizo caso y se fue de casa sin hacer los deberes. María del Saliente Alonso Martínez se llama la mujer. Al conocer que la podían separar de su niño, no podía ocultar su desesperación. La reacción social y el debate nacional que generó el proceso judicial contra ella nada no tiene precedentes. 
    A la poceña la indultó el Gobierno en 2009. La Audiencia Provincial, que ratificó la pena impuesta en primera instancia contra ella, ya recomendaba su perdón. Cuando le dio el bofetón, María del Saliente Alonso Martínez se puso nerviosa y, como relató, casi no le quedaba más remedio. El niño se había encerrado en el baño y, al no poder gritarle para que saliera (es sordomuda) abrió la puerta de golpe y después le dio una torta.
    El clima era propicio para que la sentencia no se aplicara. Ciudadanos anónimos y cargos públicos consideraban excesivo que, en estricta aplicación de la ley, a una madre se la pudiera apartar de su hijo por reprenderle con un bofetón. Pero la historia de esta familia dio un giro. En 2010, fueron los propios padres los que pidieron a las autoridades que se hicieran cargo del menor que, por entonces, tenía 13 años. No podían con él.  La madre, además, aprendió una lección a fuego: “Regañar sí, pero pegar no”. 
    A pesar de la petición, el menor continúa en la casa de sus padres. La mujer tiene que cuidar de su madre enferma y de otro hijo más pequeño. En ese contexto difícil, la conducta del “niño del tortazo” no es excesivamente ejemplar, lo que hace que, como reconoce el Ayuntamiento, Servicios Sociales esté muy pendiente de la familia.