El negro y el blanco, mediados por la culpa

Por Nuria López Priego 
Ha tenido que alzarse con un Globo de Oro a la mejor película dramática de 2013 y aparecer en las quinielas de los premios más reputados del séptimo arte para que Unión Cine Ciudad se haya decidido a traer a la cartelera de esta humilde y olvidada capital de provincia la aproximación atroz y subyugante que el cineasta Steve McQueen realiza de la dominación del hombre blanco sobre el negro, en 12 años de esclavitud.

    22 ene 2014 / 16:06 H.

    Y, aunque ha pasado casi un mes y medio desde el estreno de la película, la única palabra que sale de este teclado es “gracias”. “Gracias” porque, a pesar del retraso y de la existencia relegada que llevan los cinéfagos de esta ciudad y los de los municipios limítrofes debido a la insuficiencia de salas y a una selección de películas guiada únicamente por el interés comercial, por fin, se puede disfrutar —o sufrir, en este caso—, en gran pantalla, del talento del director de Hunger (2008). Ungido con el don que poseen cineastas como Lars Von Trier o Michael Haneke para desgarrar al espectador con sus tramas, 12 años de esclavitud es la adaptación al cine de la novela homónima de Solomon Northup, uno de los contados negros que, en el siglo XIX, consiguieron recuperar la libertad de la que gozaron un día después de ser secuestrados. Y hasta aquí la sinopsis, porque el resultado, la propuesta de McQueen, es un espectáculo desolador, de tortura y salvajismo como solo se ha acostumbrado al público a ver en las películas que narran el maldito holocausto nazi. La brutalidad de las imágenes obliga a volver, constantemente, la cabeza para no ver las espaldas hechas jirones de los esclavos, de hombres tratados como animales de carga, inferiores por el simple color de su piel. Pero no se puede escapar de los gritos, del dolor no del personaje masculino, que aspiraba al Globo de Oro como mejor actor (Chiwetel Ejiofor), sino de Lupita Nyong’o. El maltrato a la que la somete un Michael Fassbender convertido en negrero para la ocasión y que recuerda al oficial nazi que interpretaba Ralph Fiennes en La lista de Schindler (Steven Spielberg, 1993) horada el espíritu. Lo mella. Lo impregna de asco y de conmiseración ante el horror de una situación en la que, al esclavo, al abolicionista, al negrero que ha perdido la cabeza por una esclava, se suman las culpas –porque la religión lo vertebra todo- del sometido y también la del amo, que solo puede “perdonarse” lo que permite la ley a base de rezos, borracheras y látigo. 12 años de esclavitud es tan horrible como poderosa, pero aún hay algo más que la convierte en una película notable y es una banda sonora, a base de gospel y del sonido metálico de las cadenas, que logra ahondar en ese tormento que provoca durante las dos horas que dura.
    12 años de esclavitud
     Año: 2013 - Director: Steve McQueen Protagonistas: Chiwetel Ejiofor,
    Michael Fassbender, Benedict Cumberbatch, Lupita Nyong’o,
    Paul Dano, Paul Giamatti