El museo interminable

El Museo Internacional de Arte Ibero es de esos proyectos sobre los que se han escrito ríos de tinta, metafóricamente hablando. Incluso, desde antes de que ese espacio se destinara al uso cultural que ahora tiene, con la agria polémica de hace varios lustros sobre el derribo o no de la vieja cárcel que se levantaba en el espacio en el que ahora se levanta el moderno edificio. Y, cómo no, la complicada negociación para la reversión de esos terrenos a la ciudad. Después, hay que admitir que las obras han tenido la fatalidad de realizarse en una época de vacas flacas, de manera que después de haber comenzado, estuvieron paradas durante dos años, hasta que en 2014 volvieron a retomarse.

    20 nov 2015 / 11:19 H.

    Desde entonces, la Junta asegura que el ritmo se mantiene y así lo confirmó la propia consejera de Cultura, Rosa Aguilar, en su visita a la capital jiennense. Prudente en sus declaraciones, no fijó plazos para el día que el esperado espacio abra sus puertas, pero sí aventuró que las obras estarán acabadas antes del verano que viene y la licitación del proyecto museográfico “se simultaneará” en ese periodo del próximo año para “acortar” plazos.
    A estas alturas, realmente, las prisas ya deben dejarse a un lado para terminar con todo el sosiego que sea necesario para que se termine con las plenas garantías y no dejar flecos o cerrar en falso, con tal de terminar a toda costa. Mejor ya esmerarse, más que acelerar. Los jiennenses, pacientes como son, agradecerán que cuando abra sus puertas sea, tal y como se ha prometido, un verdadero referente mundial en arqueología ibera y, de este modo, sirva de imán para atraer visitantes, con lo que ello puedo suponer de revulsivo para la economía de la capital.