El mejor escenario para recibir 2013 con la llama de la ilusión

Se consume la llama de 2012 y el mundo se prepara para encender la mecha de 2013. Todos los años pasa igual. Después de unos 365 días, humanos y mortales se disponen a celebrar la llegada de una nueva fecha con emoción y con un sinfín de rituales que no dejan indiferentes a quienes, generación tras generación, apuestan por ponerlos en práctica para estrenar año. En Jaén estas costumbres tampoco pasan desapercibidas, por lo que la última noche del año se convierte en una fiesta o en una excusa para hacer algo diferente.

    30 dic 2012 / 10:00 H.

    Todo vale —o casi todo—. El caso es romper la normalidad en esa frontera que divide una etapa temporal de otra, pero siempre desde el buen rollo y la fiesta. Si algo tienen los jiennenses es “marcha” y unas gotas verdes de esperanza. Esas que, cual poción mágica que otorga a los galos fuerza, los anima a emprender y recibir con energía el primero de 365 días.
    Porque un dulce no amarga a nadie, la provincia se presenta como una caja de bombones para degustar la despedida del año y acabarlo con buen sabor de boca. En un híbrido de tradición y apertura a nuevas alternativas hay jiennenses que prefieren vivir las doce campanadas con los suyos, arropados por el calor familiar. Pero, hay quienes optan por dejar esa esencia íntima de la familia para  la Nochebuena y dedicar la “vieja” a los amigos y las celebraciones fuera del hogar.  Si bien no es comparable con la Puerta del Sol madrileña, la Plaza de Santa María, en la que se alza la “joya” de Vandelvira, es también el punto de encuentro de algunos jiennenses que salen de sus salones para tomar las uvas de la suerte al compás de las campanadas del reloj de la Plaza de Santa María. Una tradición muy poco arraigada en la capital —menos en celebraciones excepcionales como el año que Canal Sur emitió las doce campanadas desde la ciudad—, pero que sí arrastra a vecinos de diversos municipios de la provincia como punto de encuentro.
    La noche es joven y más en Nochevieja, de ahí que pubs y discotecas sean el principal objetivo para pasar, en un ambiente de fiesta, la madrugada hasta bien entrada la mañana del día 1 de enero. Ellas, enfundadas en minivestidos decorados con brillos, purpurina, lentejuelas todo tipo de abalorios; ellos, encorbatados, ataviados con originales camisas. Cuanto más llamativo, mejor. También hay quien aprovecha la ocasión para disfrazarse de cualquier personaje. Pero siempre con los elementos fundamentales de una bolsa de cotillón, en los que los matasuegras, los gorros o los antifaces son un clásico.  Más que romper normas en la despedida del año, los jiennenses son fieles a ciertos rituales que poco habituales durante el resto del año. Por eso es normal que, a pesar de que el cansancio no deje al cuerpo seguir, las cafeterías estén a tope las primeras horas del alba. Establecimientos que se llenan de trasnochados fiesteros que se recuperan con un buen chocolate con churros.
    El día 31 de diciembre es San Silvestre, un santo que muchos asocian con atletismo, cuya referencia es la popular carrera vallecana, pero que se extiende a la tradicional subida al Castillo de Santa Catalina en Jaén, la tierra del mar de olivos.
    Con fiesta o sin ella, 2012 dirá adiós, mañana, para dejar paso a una nueva etapa, en la que no faltará la esperanza, color que identifica al pueblo jiennense sea el día que sea. Texto: Diana Sánchez Perabá / fotografías: Archivo

    SUPERSTICIONES

    Las doce uvas de la suerte para comenzar bien el año
    Una de las costumbres más extendidas en el mundo, y que se practica en Jaén, es tomar una uva por cada una de las doce campanadas que cierran un año y dan la bienvenida al entrante. De hecho, en los mercados es la fruta que más se compra durante estas fechas. También se pueden comprar preparados con las doce uvas ya peladas y deshuesadas. Otra alternativa rápida y práctica para comenzar el año con buena suerte.

    Un brindis dorado para asegurar buena economía
    Entre los rituales que no faltarán este año estará el popular brindis con champán con unas copas en cuyo interior habrá un anillo de oro. Una manera de asegurar un año en el que el dinero no será el problema. En mitad de una gran crisis como la actual, será uno de los rituales más practicados.

    Con la maleta a cuestas para garantizar muchos viajes
    Quienes deseen un año lleno de viajes solo tendrán que coger las maletas y dar varias vueltas a la manzana de su casa después de tomar las uvas. Los que siguen esta costumbre creen que se aseguran varias escapadas.

    Ropa interior roja regalada para conseguir un feliz año 
    Despedir la última noche del año con ropa interior roja es otra de las reglas de oro para asegurarse mucha suerte —también amor—. El único requisito para que se haga realidad este ritual es que las prendas íntimas sean un regalo de otra persona.