"Él me atacó mientras que dormía y yo solo me defendí"

Ebrima K. tiene una fea cicatriz en el antebrazo izquierdo. Un costurón de varios centímetros que ayer vieron de cerca los nueve miembros del jurado que deben decidir si este temporero gambiano mató a puñaladas a su compañero de tajo, el maliense Sambou Dembele, de 23 años. Fue en la noche del 16 de febrero de 2014 en el piso en el que ambos convivían en Sabiote junto a otros inmigrantes.

19 may 2015 / 09:24 H.

Esposado y seguido de cerca por los dos policías que lo custodiaban en la sala de vistas de la Audiencia, el acusado mostró su cicatriz a los componentes el tribunal popular para intentar convencerlos de que solo se defendió de un ataque previo de la víctima. Relató que Sambou lo atacó por sorpresa mientras él estaba acostado y con la luz apagada. Añadió que interpuso el brazo izquierdo para repeler la puñalada y que, tras un especie de forcejeo, se dio cuenta de que su supuesto agresor estaba malherido. “No cogí el cuchillo ni lo ataqué. Solamente traté de defenderlo”, aseguró Ebrima K. durante el interrogatorio al que fue sometido durante una hora y en el que necesitó la ayuda de una intérprete.

Una versión de los hechos que la acusación particular, ejercida por un hermano del fallecido, calificó de “increíble”: “Es muy difícil explicar que un corte defensivo estuviera en el brazo izquierdo”, sostuvo el letrado, en su exposición inicial. Al respecto, la familia de la víctima piensa que Ebrima K. lo atacó por sorpresa y que, posteriormente, se autolesionó con otro cuchillo distinto —se encontraron dos en la escena del crimen— para intentar simular que hubo una pelea. Por ello, la acusación particular imputa al presunto autor de los hechos un delito de asesinato, por el que pide 20 años de cárcel. La Fiscalía considera que lo ocurrido en aquella vivienda de la calle Aniceto Utrera de Sabiote fue un homicidio y reclama 12 años de prisión.
Sobre las causas de la pelea, Ebrima K. aseguró que Sambou Dembele estaba molesto porque había ocupado la cama de otro compañero que se había ido a Francia a trabajar. Sin embargo, los motivos de la acusación son completamente distintos y señalan al acusado como una persona muy agresiva, que estaba enfadada con los demás inquilinos de la vivienda y que tenía “celos” del fallecido.
Para hoy está prevista la declaración de otro inmigrante, que estaba en el piso la noche de autos y que descubrió a Ebrima K. limpiando los restos de sangre que habían quedado en la habitación. También será interrogado el patrón, que reside en la planta superior y que llevó a Sambou, todavía con vida, al hospital de Úbeda, donde murió desangrado.