El mártir reina en Las Allanadas
La romería de San Sebastián es una cita ineludible para cientos de guardeños —tanto residentes en el municipio como emigrantes— en el calendario festivo primaveral. La convocatoria culminó con la procesión por un entorno serrano.

El aroma a tomillo y a otras plantas mediterráneas impregnó el aire durante el desfile, que este año se caracterizó por el buen tiempo, con sol, viento flojo y temperaturas agradables. La comitiva, con salida y llegada en la ermita, discurrió por los alrededores del paraje de Las Allanadas, a unos mil metros de altitud. El cortejo, con todas las miradas centradas en San Sebastián —una imagen que lucía espléndida después de ser adornada y vestida para la ocasión el sábado por la tarde—, estuvo compuesta por varias decenas de personas. Entre los presentes se encontraban el párroco, Manuel Alfonso Pérez; el alcalde, Juan Morillo, y otros miembros de la Corporación Municipal; la presidenta de la hermandad, Isabel Cáceres, y el hermano mayor, Julián Ibáñez. El acompañamiento musical corrió a cargo de la Asociación Villa de La Guardia. A lo largo del itinerario los fieles se acercaron hasta la talla para pedirle su intercesión y ayuda. Mientras el patrón permanecía “en la calle”, las campanas de la ermita no pararon de repicar.
El desfile estuvo precedido de una solemne misa romera oficiada por el sacerdote, una ceremonia en la que actuó el Coro Camino Andaluz. La eucaristía se dedicó a San Sebastián. El recinto se quedó pequeño para responder a una convocatoria en la que los guardeños dejaron claros los sentimientos hacia el patrón del pueblo. La jornada concluyó con un pasacalles a cargo de la Agrupación Musical Nuestro Padre Jesús Nazareno de Arbuniel que, durante dos horas, entre las cinco y media y las siete y media de la tarde, lo dio todo para complacer a los presentes.
en contacto. El buen tiempo propició que numerosas personas llenaran las carpas instaladas en la explanada que corona la sierra guardeña. Allí, gente de todas las edades aprovechó el fin de semana para vivir unas jornadas de convivencia en la que se degustaron manjares en una excelente compañía.