El machismo como explicación

La séptima víctima por violencia sexista en Andalucía en lo que va de año es jiennense, con ella se elevan a 26 las mujeres muertas en toda España. Este sin sentido generalizado es un mal que no diferencia entre países, regiones o clases sociales. El problema hunde sus raíces en una actitud y unos comportamientos machistas que están arraigados en unos modelos y pautas sociales que requieren de un esfuerzo educativo mayúsculo. En este caso, como otros tantos, no constaban antecedentes de maltrato o denuncias, con lo que la dificultad para establecer medidas preventivas eran imposibles. La cifra, cada año, es dramática y es intolerable para una sociedad moderna y en pleno siglo XXI. El problema está ahí de forma latente y no basta con prestarle atención cuando se producen tristes acontecimientos, se requieren acciones divulgativas que procuren cambios de modelo. En este sentido, la sociedad aún no es capaz de acabar con comportamientos machistas en público que deberían escandalizar y poner el foco sobre lo que luego ocurre dentro de la vivienda. Colaborar contra el maltrato se puede hacer desde diferentes frentes y se requiere dar pequeños pasos que a la postre pueden salvar vidas. Aunque la crisis ha mermado los fondos para la prevención al maltrato y ayudas a mujeres maltratadas, también es cierto que, en la actualidad, se cuentan con organismos oficiales suficientes para que se pueda prestar un servicio coordinado. Pero, en cualquier caso, lo que se requiere es un cambio en los modelos de comportamiento que están fuertemente arraigados y que son más propios de seres primitivos que de personas que conviven en una sociedad del siglo XXI. 

    28 ago 2015 / 07:50 H.