25 jun 2014 / 22:00 H.
Últimamente, se está reivindicando por parte de diversos sectores, el llamado derecho a decidir, por la ciudadanía, sobre cuestiones que nos afectan de un modo directo y trascendente. Para los que somos indecisos, variables o dubitativos, el derecho a decidir más que una conquista de las libertades democráticas, es un calvario. Muchos de nosotros a menudo sentimos vértigo cuando debemos decantarnos por un único canal de televisión entre los múltiples de la parrilla televisiva, o sufrimos al tener que decidir el menú adecuado en un restaurante que nos ofrece una carta de platos muy variada. Los que padecemos ese problema tenemos suerte de vivir en un país en el que existe una religión abrumadoramente mayoritaria o un deporte sin competencia a nivel de mediático, así como un sistema bipartidista que hasta ahora con escasas variaciones, ha conducido nuestros destinos por derroteros similares. Por eso cuando ahora se reclama que la ciudadanía sea consultada, sobre determinados aspectos del modelo territorial o del entramado institucional, a mí la perspectiva me provoca importantes jaquecas y serios quebraderos de cabeza. En el tema territorial, el asunto afortunadamente no me afecta demasiado, pues la fiebre secesionista no ha llegado aún a nuestras tierras del sur. Pero me inquieta el tema de que una hipotética reforma de la Constitución sea consultada a la ciudadanía. Y me aterra que desde algunos ámbitos se cuestione al flamante nuevo Jefe del Estado, y se proponga la celebración de un referéndum para que decidamos al respecto. En fin, para mí lo peor que puede ocurrir es que se llegue a celebrar una consulta para decidir el modelo de estado, y que finalmente venza el bando antimonárquico, porque después, para más inri, tocaría elegir un Presidente de la República entre los diversos políticos de altura de nuestro país, que reuniesen un prestigio institucional y que fuesen respetados por todos los ámbitos de la sociedad por su trayectoria impecable y conducta intachable, aunque bien pensado, me consuela saber que con semejante perfil no habría apenas candidatos.