El Linares, un rival que se agranda lejos de Linarejos
El uno a cero de Linarejos puede parecer una ventaja exigua, de escasa rentabilidad para frenar el potencial ofensivo del Castellón, armado hasta los dientes con delanteros de la pegada de Rubén Suárez, Yagüe, Negredo o Jon Uriarte. Solo con citarlos cualquier defensa se echaría a temblar. No es el caso de la del Linares. Con mucho menos nombre, ha demostrado, en las últimas temporadas, su solvencia y su seguridad. La promoción de la pasada campaña, Lopito solo encajó dos goles, los que el Socuéllamos le marcó en el Paquito Giménez. Ni el Tarrasa, ni el Rayo Vallecano B —este último con más dinamita que el Castellón— lograron perforar la meta del cancerbero de la capital.

Aquellos 360 minutos imbatido, no fueron fruto de la casualidad o de la fortuna, que la hubo, sino del trabajo intensivo de los entrenamientos. A Torres le gusta el juego combinativo, la creación del ataque desde el orden, pero, al mismo tiempo, estructura sus equipos a partir de la fortaleza defensiva, algo por lo que ha sido criticado en más de una ocasión. Basta con analizar las estadísticas ligueras, para convencerse de que el Linares es un equipo fiable tanto en casa como a domicilio. En este último apartado, los números hablan por sí solos. El combinado azulillo ha sido el mejor del grupo IX con nota. En los diecinueve encuentros que ha jugado lejos de Linarejos, los linarenses han demostrado sobradamente que son capaces de hacer los deberes. Han sumado 34 puntos en los diecinueve encuentros disputados lejos de la ciudad de las minas. Y lo que transmite aún más confianza es que el Linares es de largo el equipo que menos goles a encajado (diecinueve) y el que más goles ha anotado a domicilio, un total de 34, lo que significa un promedio de casi dos por partido.
De sus tres derrotas a domicilio también se extraen lecturas positivas, ninguna fue por más de dos goles de diferencia, salvo la cosechada en Los Molinos (3-1) en uno de esos partidos “pájara” que tienen los equipos a lo largo de la competición. En San Pedro, los de Torres cayeron por uno a cero y de penalti, mientras que en Los Villares se registró un dos a uno, después de adelantarse los azulillos en el marcador.
Por lo que respecta a la Copa Federación, el Linares presenta unas estadísticas mucho peores, aunque con matices. Solo el Granada B y el Real Unión, ambos de Segunda B, le hicieron un dos a cero —resultado que daría el ascenso al Castellón—, el resto de rondas lejos de Linarejos se saldaron con marcadores apretados.
La complicación es que los azulillos no tendrán enfrente a un rival cualquiera, sino al conjunto que más goles ha marcado esta campaña en el grupo sexto, junto con el Novelda. Durante la liga regular el Castellón ha anotado 62 tantos, de los que más de la mitad los hizo como local. Así que Castalia es el campo de la categoría donde los visitantes lo pasan realmente mal. Torres es consciente de ello y, por ese motivo, esta semana ha preparado el partido con un grado más alto de fuerza en el aspecto táctico.
Uno de los fijos en el entramado defensivo del Linares es el central granadino Jonathan Rosales. Sabe que el domingo tendrá una nueva reválida en su carrera: Deberá parar a la estrella de los albinegros, Rubén Suárez. “Sé lo que nos espera y sé que los defensas sufriremos, pero estoy preparado. La pasada temporada también nos tocó bailar con delanteros rapidísimos y de enorme calidad, y las cosas salieron bien. Haremos todo lo posible para que se repita la historia”, confía el futbolista. Jonathan Rosales recuerda, del mismo modo, la buena trayectoria del equipo como visitante a lo largo de toda la temporada y en el play off. “Es un estímulo más para creer y que la gente vea que podemos conseguir un buen marcador en Castalia”, reitera. Cree, no obstante, que el Linares debe mirar hacia arriba y no hacia atrás. “No podemos pensar solo en defender, porque nuestro juego es otro. Nos gusta tener la pelota y crear fútbol. En este aspecto hemos ganado mucho esta temporada”.
Presión. El granadino también es consciente de que los primeros minutos del partido serán infernales como consecuencia del asedio al que el Castellón someterá a su equipo. “Tenemos que aguantar como sea. Serán unos minutos muy duros, pero si los pasamos creo que tendremos nuestras oportunidades”. Sobre la afición, Jonathan Rosales no tiene palabras. “Es que no hay calificativos para describir lo que esta gente hace por el equipo, a pesar de la situación económica de muchos de ellos. Solo les digo que nos vamos a dejar la piel y el alma por ascender”, afirma con rotundidad. Solo queda que la suerte también haga su papel y no prive a los azulillos de un ascenso por el que tanto llevan peleando.