El Linares resuelve por la vía rápida
El fútbol lo miden las categorías y son las divisiones las que definen a los equipos. La final de la Copa Diputación Sénior tuvo color azulillo desde el primer suspiro. Por la diferencia de nivel de los dos conjuntos y, sobre todo, por el ritmo y la intensidad de juego que mostraron ambos en el Matías Prats de Torredonjimeno.
El Linares, con muchos jóvenes en sus filas, se mantuvo en la nube del éxito. El Porcuna, un equipo atrevido y osado, se presentó en la final con un sentimiento profundo de voluntad, pero con un nivel inferior al rival. La diferencia entre ambos la hizo mayor el desarrollo del encuentro. A los tres minutos, Garrido rompió el choque con un disparo magistral que sorprendió a Revuelta. Superior y con un gol a favor. Ese minuto 3 marcó todo el partido y el estado de los dos oponentes. El Linares se fortaleció en el aspecto anímico y el Porcuna notó un duro golpe con ese tanto. La final empezó a decantarse.
Torres mantuvo su criterio de apostar por los jugadores que han disputado esta competición y reservó a los titulares habituales. Tampoco perdió de vista el clásico del domingo ante el Martos CD. Aun así, los azulillos, con jóvenes activos, impusieron un ritmo frenético y metieron una marcha importante al juego que el Porcuna acusó sin posibilidad de reacción. Cuando el cuadro rojiblanco levantó la cabeza, se encontró con el segundo gol, obra de Manu Castillo. Era un ciclón el Linares, en juego, en movilidad y en dinámica. Todo lo salió bien. Por eso, seis minutos después, Lara aprovechó un rechace en el interior del área y cerró la final. Veintiséis minutos y todo decidido. El Linares resolvió por la vía rápida y no dio posibilidad a un rival voluntarioso, pero con recursos limitados y claramente inferior al adversario, tanto en el aspecto técnico como físico. Ese desequilibrio se notó en todo el encuentro.
Desde el tercer gol hasta el final, el Linares mantuvo el control y el Porcuna trató de llegar con peligro a la meta de Josant. Lo consiguió en contadas ocasiones, porque el conjunto de Torres nunca bajó la guardia. Con el marcador cerrado, la segunda parte se diluyó con los numerosos cambios. Cobró protagonismo Ángel, que dispuso de varias oportunidades para ampliar el resultado. Así expiró la final, con la alegría del Linares por inscribir su nombre como campeón de la Copa y la resignación de un Porcuna que se vio perdido desde el primer instante. Su mérito fue disputarle el título a un excelente Linares.