El legado del joven José Javier

Es una de esas noticias que uno desea no leer y mucho menos escribir. La muerte de José Javier Paulano, el joven de 17 años que padecía leucemia, irrumpió en la actualidad de esta semana como una inesperada tormenta de agua helada. Un desgarrador y precipitado final para la historia de una lucha sostenida que hemos seguido con altibajos durante los últimos meses. El adiós de José Javier deja tras de sí el legado de quien, desde esa mirada limpia de adolescente, hizo de su caso bandera para concienciar de la necesidad de la donación de médula.

    13 nov 2015 / 12:30 H.

    Un acto sencillo y gratuito que puede ser bálsamo definitivo para ese agudo dolor que a tantas familias desgarra. Tras de sí deja una bella historia de amor: la de sus compañeros y amigos incondicionales; la del equipo médico que lo trató; la de sus familiares y, cómo no, la de su madre, Raquel, siempre de pie. Una mujer luchadora cuya voz desesperada quedará impregnada como eco eterno en las paredes del salón de plenos. Emocionante su carta de despedida ante el que posiblemente sea el dolor más doloroso de todos los dolores: el adiós a un hijo. 
    Ángel González