El Lagar de los Vinos, la esencia de las tabernas “de toda la vida”

El casco antiguo alcalaíno guarda tesoros a menudo desconocidos por buena parte de la población. Ese es el caso de El Lagar de los Vinos. Se trata de un establecimiento que representa un placer para los sentidos. El negocio, propiedad de los hermanos Manuel y Domingo Callejas, se ubica en lo que fue antaño la taberna de Torreznico, atendida por el recordado Francisco Serrano.

26 jul 2015 / 08:22 H.


Después de décadas, con la tasca y la bodega cerrada, el local  abrió sus puertas, meses atrás, como tasca, actividad que se unió a la que mantenía de tienda de productos locales. Durante los meses más fríos, El Lagar de los Vinos ofrece los caldos del terreno, obtenidos en el mismo inmuebles con uva autóctona, que luego son servidos allí mismo. Es uno de los últimos lugares que expenden este producto. Pasada la temporada se continúa con oferta de diferentes vinos más comerciales que los del terreno —entre los de Bodegas Campoameno y Marcelino Serrano, procedentes de la comarca Sierra Sur—. En paralelo, el cliente tiene a su disposición otras bebidas, como en cualquier bar, así como delicias entre las que se encuentran la carne de caza, la melva o el jamón, el chorizo y el salchichón de pato. Por encargo, también se dispone de la cocina autóctona.
Desde hace poco, el establecimiento tiene una pequeña terraza, con diez mesas, que suele estar llena. “Es un éxito total, sin haberle dado publicidad”, explica Encarnación Roldán, la esposa de Manuel Callejas. Mucha gente acude con la intención de conocer el edificio, situado en el número 12 de la calle Real. Una construcción de interés en el que destaca el almohadillado de la fachada y, en el interior, los arcos y las vigas. Una parte de la estructura original todavía se mantiene. El acogedor ambiente, con una temperatura mucho más suave que la de fuera, se consigue con la cuidada decoración. Aparte de las ubicuas tinajas se conserva la maquinaria de obtención del vino y sobresale la decoración basada en aperos y objetos de la vida cotidiana de antaño en las zonas rurales. “Son muchos los que se hacen fotos aquí y luego las ‘cuelgan’ en su Facebook”, manifiestan los encargados de la encantadora taberna. A todo ello se une la atención, que mereció un galardón en la Ruta de la Tapa de Alcalá la Real, celebrada hace solo unos meses.
Por lo que respecta a la tienda de la entrada, comercializa artículos de Alcalá —aceite, patatas fritas, artesanía, vinos, cerveza o confituras— y de otros puntos de la provincia de Jaén. El surtido destaca por su variedad y calidad.
joya. Uno de los elementos que deja embelesado al visitante es el belén que se esconde en el sótano, con un característico olor a humedad y a siglos de historia. Se trata de un nacimiento especial ya que, además de recoger la Fortaleza de La Mota, está elaborado por los hermanos Callejas, artesanos de la madera.