El juez procesa a nueve 'mallarines' y a seis 'pikikis' por el gran tiroteo

Rafael Abolafia/Jaén
Hace casi dos años que el camino del Madroñal de Linares retumbó por el estruendo de los disparos. Los “pikikis” y los “mallarines” se enzarzaron en el mayor tiroteo que se recuerda en la provincia. Hubo cuatro heridos. Ahora, el juez acaba de terminar la instrucción y ha procesado a quince personas. Ninguna está en prisión por esta causa.

    02 feb 2010 / 10:58 H.

    El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Linares, Antonio Uceda, acaba de firmar el auto de procesamiento en el que imputa a los quince implicados delitos de tenencia ilícita de armas, participación en riña tumultuaria, lesiones, atentado y homicidio en grado de tentativa. Ahora, una vez terminada la investigación judicial, el procedimiento será remitido a la Fiscalía para que presente cargos contra todos los acusados.
    El gran tiroteo ocurrió en la mañana del 20 de marzo de 2008. En Linares se había corrido la voz de que los “pikikis” volvían a la ciudad. Habían huido tras la muerte a tiros de Antonio M. M., del clan rival de los “Mallarines”. Lo mataron de un tiro en la cabeza Diego M. M. y Joaquín M. F., que cumplen una larga condena por ello. Ese crimen se produjo el 3 de febrero de 2006. Desde entonces y durante dos años, los “pikikis” buscaron refugio en Bailén, Sevilla, Úbeda, Jerez... Hasta que el patriarca enfermó gravemente y mostró su deseo de morir en Linares. Por ello, sus parientes volvieron a Linares, a la casa del Camino del Madroñal. Allí, los esperaban los “mallarines”, armados hasta los dientes.
    La Policía había capturado a dos de ellos la noche anterior. Eran Antonio M. C., “El Nono”, y su primero Antonio C. M., conocido como “El Jato”. Llevaban una escopeta de cañones recortados y una pistola. Ambos fueron detenidos y quedaron en libertad poco después. Meses después, fueron arrestados por su implicación en la muerte a tiros de un portero en la feria de Linares de 2008. Ambos están en prisión preventiva por este crimen a la espera de juicio.
    La gran balacera llegaría a la mañana siguiente. Hubo una ensalada de tiros entre los dos clanes. Terminó con cuatro heridos, uno de ellos con un disparo en el cuerpo. Los otros, con diversos traumatismos producidos al caerse desde los tejados. La Policía llegó poco después al Madroñal para jugarse el tipo. Los agentes, que intentaron ayudar a los lesionados, fueron recibidos a tiros. “Dispararon con intención de matarlo”, tal y como señala el juez en el auto de procesamiento. Por esos hechos, están imputados Ramón M. F. y Sebastián M. H., ambos del clan de los “pikikis”.
    A las pocas horas de la balacera, había siete detenidos. Sin embargo, la investigación policial determinó que hubo más implicados. En total, los agentes decomisaron un arsenal de armas de fuego y pusieron las esposas a quince personas (nueve “mallarines” y seis “pikikis”). Entre ellos, los jefes de los clanes, Juan M. M. y Francisco M. M. Todos se sentarán en el banquillo de los acusados.