Alcalá. El joven atracador de la catana acaba en prisión

Juan Rafael Hinojosa /Alcalá
Benito Jesús J. O. fue el protagonista, el pasado jueves por la noche, con otros cuatro cómplices de un extraño episodio delictivo. Armado con una catana robó a una pareja e intentó hacer lo mismo en un asador de pollos. Por tales hechos ha acabado en prisión.

    23 nov 2009 / 11:55 H.

    La juez envió a la cárcel a Benito Jesús J. O., un vecino de Montefrío (Granada) de veinte años. Sus “compiches” eran M. O. P,J. R. B. C,  P. Q. P. y A. C. M. Dos residen en Alcalá y otros tantos fuera del municipio. La peripecia    resulta rocambolesca. El pasado jueves por la noche, los jóvenes abordaron a una pareja en la calle Capuchinos y le quitaron  lo que llevaba, un móvil y una cartera, después de intimidarla mediante la exhibición de una catana. Luego, en torno a las once y media, llegó la parte más singular del suceso. Benito Jesús J. O. llegó con el arma al Asador Parada, situado a sólo unos metros de la Estación de Autobuses. El dueño del local, Rafael Moyano, explica que a esa hora ya estaba cerrado, aunque él se encontraba allí para preparar un jamón y dejó la persiana entreabierta. El hombre dice que un joven encapuchado entró en el establecimiento y preguntó:“¿Quién hay ahí?”. Moyano indica que, al verlo, creyó que se trataba de una broma, ya que, además, llevaba lo que él creyó una espada de las utilizadas en las bodas para cortar la tarta —cuando en realidad se trataba del sable oriental—.

    “Era alto y recio como mi sobrino y le dije:  ¿Qué haces hoy por aquí?”, indica el empresario.  Añade que también le preguntó qué quería. El comerciante cree que su reacción “descolocó” al delincuente, que, después de unos instantes, se marchó de allí sin llevar a cabo su intención. Rafael Moyano, en un principio no dio importancia a lo ocurrido y, minutos después, lo comentó con la Policía Local como si se tratara de una chanza. Posteriormente, no tuvo problema para identificar al atracador en la rueda de reconocimiento. Días después de los hechos, Moyano está sorprendido por su sangre fría y ahora es realmente consciente del peligro al que se enfrentó sin saberlo.