El IBI "ahoga" a La Carolina

Indignación. Es la palabra que mejor expresa el estado de ánimo de buena parte de los vecinos de La Carolina, que miran con estupor sus recibos de la contribución. Y es que la subida del Impuesto de Bienes Inmuebles no ha dejado indiferente a prácticamente a nadie, incluso a algunos militantes del PP —partido que gobierna en el Ayuntamiento—, que han retirado el saludo al alcalde, Francisco Gallarín, como él mismo reconoce. El PSOE asegura que el incremento es del 41% y, por eso, puso en marcha una campaña de recogida de firmas, que ya cuenta con más de 2.500 rúbricas. Pero Gallarín lo niega y aclara conceptos. El incremento aprobado por el pleno es del 28. Sin embargo, el recibo sube hasta un 41, en buena parte de los casos, por el coeficiente que el Gobierno, a través de la Dirección General del Catastro, aplica a los municipios en los que los valores catastrales no se han revisado en un amplio periodo de tiempo, en el caso de la capital de las Nuevas Poblaciones, desde 1994.

12 may 2014 / 22:00 H.


Tal situación coloca a La Carolina en una paradoja. Es uno de los municipios con el tipo de gravamen más alto del país —véase el cuadro adjunto—. El porcentaje que se aplica es del 1,1%, cifra que no tiene ciudades como Barcelona o Madrid. Sin embargo, también posee uno de los valores catastrales más bajos, y al actualizarlo se crea el conflicto. “He tomado la decisión que debo, porque tengo la responsabilidad de no ser el alcalde que permita que intervengan el Ayuntamiento”, defiende. Reconoce que se debería haber adoptado mucho tiempo atrás, incluso cuando era concejal de Hacienda.
Pero, las explicaciones poco satisfacen a unos vecinos que hacen encajes de bolillos para hacer frente al recibo. En el caso de Estanislao Bello, por ejemplo, la factura se han incrementado en un 41% exacto. Ha pasado de pagar 276 a 390 euros, importe que podrá abonar porque vive con su hermana. Como él, muchos carolinenses lamentan el día en que se tomó la decisión. Ellos solo esperan una noticia, que se baje el impuesto. Sin embargo, Gallarín recuerda que, por muchas firmas que se recojan, ya no está en manos del Ayuntamientos. Hay una puerta abierta, sin embargo. Si el Gobierno aprueba una moratoria en la devolución de los préstamos, podría recortarlo antes de dos años, como tenía previsto. Y si todas las variables son positivas, no descarta reducirlo más de lo que lo subió.