El hijo de la duquesa
Ni tan siquiera se ha ruborizado! El hijo de la gran duquesa no se ha cortado, ha dicho lo que piensa, en poner a la juventud andaluza por los suelos: vagos, subsidiados y sin aspiraciones. Esos jóvenes, de los cuales tan mala opinión tiene, laborean sus tierras, cuando se les da un jornal claro, recogen sus cosechas, alimentan su ganado, y todo ello para que su familia reciba en subvenciones unos 3 millones de euros anuales,
cabe decir que la ayuda de los jóvenes agricultores parados no llega a 500 euros al mes. Supongo que al hijo de la gran duquesa tampoco le gustará la Feria de Abril, el Rocío, monterías y saraos varios, porque en todos estos eventos suele haber jóvenes con un perfil que él parece detestar. Eso si, le gustaría vivir en el medievo feudal donde todo se solucionaba a sable y espada y donde, por cierto, sus ancestros amasaron la gran fortuna de la cual este señor dispone de forma poco ortodoxa. Bien haría el hijo de la gran duquesa de irse de Andalucía de por vida, no vaya a ser que se le pegue algo de tan “infames jóvenes” y donde, peor que mejor, tenemos un sistema democrático que establece las reglas. No debería yo aconsejar a un grande de España, soy un ciudadano común y andaluz y puede parecer atrevimiento, pero haría bien en buscar acomodo en países del África Subsahariana o de Oriente Medio donde aún rigen normas tribales muy parecido al feudalismo medieval que tanto le seduce, pero si se va, señor hijo de la gran duquesa no vuelva más por Andalucía, podemos prescindir de usted.
Manuel Pérez Perálvarez es agente ferroviario