El hambre no avisa nunca

Francisco Javier Ráez Ruiz, desde Úbeda.- Una de las estrofas de la canción 'no me llames extranjero', cuyo autor es Rafael Amor, dice así: 'El hambre no avisa nunca, viene cambiando de dueño'. Hace poco vi a un paisano mío, rebuscando en un contenedor de basura. Al preguntarle por tal situación, me respondió que lo hacía para poder alimentar a sus hijos.

    10 may 2011 / 09:09 H.

    Siglos de expolio a los países empobrecidos han hecho posible la aberración de un mundo dividido, en el que el 80 por ciento de la humanidad muere de hambre. Ahora, la reestructuración del sistema capitalista (crisis), exige un ejército de parados para disciplinar a los trabajadores a través del miedo al despido, camino éste allanado por las reformas laborales que han venido haciendo los distintos gobiernos a lo largo de la democracia  y la complicidad de organismos internacionales como la OIT. encargados, en teoría, de velar por los derechos de los trabajadores. De estos organismos, de estos gobiernos, de este sistema capitalista salvaje, emana el enorme sufrimiento al que está sometido el ser humano. Por eso, ahora más que nunca, hace falta un partido internacionalista porque es en este ámbito donde se fragua el dolor del hambriento empobrecido y del parado de Úbeda que pasa apuros para llegar a fin de mes. Es en este ámbito donde se esclaviza a millones de niños en los telares de Bangla Desh y se mata la esperanza a cientos de miles de jóvenes con un futuro en la puerta giratoria de la precariedad y el paro. Por encima del localismo, de los gastos superficiales, del derroche, del endeudamiento esclavizante con la banca, de la subvención, de sueldos y prebendas de escándalo, es necesaria una respuesta basada en la solidaridad, la democracia real y el internacionalismo también en Úbeda.