El Gobierno inicia los trabajos de restauración del área afectada por el incendio de Quesada

El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha iniciado, a través de la empresa Tragsa, las actuaciones de emergencia para que la zona afectada por el incendio del pasado mes de julio en el paraje jiennense de La Cruz del Muchacho, y que afectó a los términos municipales de Quesada, Huesa y Cabra del Santo Cristo, "se recupere lo antes posible".

02 dic 2015 / 19:41 H.

Estos trabajos de restauración forestal y medioambiental cuentan con una inversión de 500.000 euros, según precisó el subdelegado del Gobierno, Juan Lillo, que esta mañana ha visitado el comienzo de las labores, junto a los alcaldes de los municipios afectados —Manuel Vallejo, de Quesada; Ángel Padilla, de Huesa, y José Rubio, de Cabra del Santo Cristo—, así como el jefe de servicio de Gestión del Medio Natural, Javier Muñoz.
El fuego afectó a una zona de 10.195 hectáreas, con una superficie forestal dañada de un 96'6% sobre el total. En este sentido, Lillo señaló que estas tareas, para las que se ha contado con mano de obra de la zona, son "fundamentales para la recuperación de los hábitats". De hecho, subrayó que la prioridad ahora es la recuperación forestal y minimizar los daños por erosión.
La actuación, que tendrá una duración de seis meses, ha comenzado con la limpieza y el acondicionamiento de los accesos y el despeje de piedras en ciertos tramos del camino principal a los tajos. Se han creado nuevos o se han reabierto distintos jorros que mejoran el acceso, tanto del personal como de la maquinaria que se encarga del desembosque y de la eliminación de los residuos.
Sobre la vegetación afectada por el incendio, se procederá a la corta y apeo de pies afectados. Unos serán eliminados y otros servirán para la construcción de fajinadas. También se realizarán podas sanitarias en pinos flameados con el fin de reducir la aparición de posibles plagas y se llevará a cabo el desembosque de residuos gruesos y la recogida de residuos finos, con labores de corta, puesto que pueden suponer un grave riesgo de futuros incendios.
Para evitar la erosión y pérdida de suelo, una de las actuaciones más importantes que se van a desarrollar en la zona, ya que la orografía cuenta con pendientes muy acusadas, será la construcción de esas fajinadas así como de albarradas. Por un lado, se aprovecharán los residuos generados tras el apeo de pies para la construcción de fajinas en la red de drenaje y, por otro, se construirán albarradas que complementan esta función protectora.
Lillo agradeció a la titular de Agricultura y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, su "diligencia" ante las peticiones de la Subdelegación del Gobierno, los alcaldes y vecinos de los municipios afectados con "esta importante inversión económica" para la recuperación forestal.

Colaboración en la extinción. Lillo recordó, igualmente, que el Ministerio participó en julio en las labores de extinción del incendio con doce medios aéreos, colaborando así con la comunidad autónoma. Así, trabajaron siete aviones anfibios, con capacidad de descarga de 5.500 litros, procedentes de las bases de Málaga, Los Llanos en Albacete, Torrejón en Madrid, Talavera La Real en Badajoz y de Matacán en Salamanca.
También se desplazaron a la zona dos helicópteros Kamov de 4.500 litros de descarga, de las bases de Huelma en Jaén y de Caravaca en Murcia; dos aviones de carga en tierra con capacidad de 3.100 litros de la base de Agoncillo en La Rioja y un avión de comunicaciones y observación de Muchamiel, que envió imágenes aéreas del incendio a tiempo real. Por tierra, colaboró también una unidad móvil de meteorología y transmisiones de la base de Granada.
El dispositivo del Estado desplazado al lugar del siniestro se completó con la Unidad Militar de Emergencias (UME), que entró en acción con 248 militares, 77 vehículos y un helicóptero, todos procedentes de su base en Morón de la Frontera. Por su parte, la Guardia Civil trabajó en la zona con 150 efectivos y un total de 43 patrullas, colaborando además para alejar a la población de la zona de riesgo, sobre todo en las pedanías de Ceal, Chillal y Cortijo Nuevo.