El futuro de África, el jueves 18, en el Parque de las Ideas

Esperanza Calzado /Jaén
El presidente de Save de Gambian Orphan, Kalilu Jammeh, ofrece una conferencia, el jueves 18 de febrero, a las ocho y media, en el Aula de Cultura, dentro del ciclo “Una mirada crítica a nuestro mundo”, organizado por Diario JAEN en el marco de la iniciativa "Parque de las Ideas. Espacio cultural abierto".

    10 feb 2010 / 11:40 H.

    —“El viaje de Kalilu” es un libro que narra su experiencia desgarradora para poder llegar hasta Europa. ¿Por qué decide escribirlo y publicarlo?
    —Quiero que mi libro sirva de información para que todos aquellos africanos, sobre todo los más jóvenes, sepan que el camino hasta el anhelado paraíso no es tan fácil, sino todo lo contrario. Pasé por muchas dificultades. Vi cosas que, seis años después, todavía no puedo olvidar y la gente debe conocer lo peligroso que es atravesar África sin dinero, sin comida y a expensas de que te pase cualquier cosa. También es mi deseo que los españoles conozcan los problemas que tenemos en nuestro país y que cuando decidimos emigrar lo hacemos por pura necesidad.
    —¿Qué le empujó a usted a iniciar este viaje?
    —Yo quería un futuro mejor, como todos los africanos, pensamos que en Europa lo podemos conseguir. Quería llegar hasta aquí para buscar trabajo y, así, poder ayudar a mi familia y a todos lo niños y jóvenes que en mi tierra pasan por muchísimas dificultades.
    —¿Cuál es su peor recuerdo?
    —La verdad es que ya prefiero no pensar en ello. Puedo perdonar a todas aquellas personas que me hicieron daño pero nunca podré olvidar. No es fácil recordar que estuve presente en más de seis funerales en una semana. Tuve muchos problemas en Senegal, Argelia, Marruecos... Por todos los sitios por los que pasé estuve a merced de sobornos, robos, manipulaciones, hambre, miedo y muchas más sensaciones.
    —Ahora lleva seis años en España. ¿Mereció la pena?
    —Si llego a saber que el camino iba a ser tan difícil nunca hubiera salido de mi país. No volvería a repetir el viaje pero ahora, en España, puedo ayudar a mi pueblo y puedo explicar a la gente nuestras necesidades y las muchas maneras de ayudarnos.
    —Usted fundó y ahora preside la ONG Save Gambian Orphan. ¿Es una buena fórmula para recabar esa ayuda que pide?
    —El futuro de África está en África. No sólo con dinero se nos puede ayudar. Lo que necesitamos es enseñar a los jóvenes a trabajar, a labrar la tierra, a crear empresas. Save the Gambian Orphan, precisamente, esto es lo que pretende. Nosotros ponemos en marcha proyectos de agricultura. Ahora ya tenemos un tractor, un remolque y hemos colocado unas pequeñas placas solares para poder generar energía. Hemos conseguido que la situación de los huérfanos de Gambia sea un poco más cómoda y les enseñamos a trabajar por su tierra. Sólo los africanos pueden levantar el continente y, sobre todo, una de las zonas más pobres del mundo, como es Gambia. Este año hemos empezado un proyecto nuevo para crear una escuela para los niños.
    —¿Cómo podemos ayudar desde Europa y España?
    —Necesitamos tener fábricas y empresas. Nosotros podemos enseñar a los jóvenes a trabajar y fabricar lo que los europeos necesitan y así conseguimos dinero. Lo vendemos a Europa y tenemos ganancias que luego se pueden invertir en crear empresas, cultivos y escuelas. Esa es la única manera que tenemos para hacer crecer nuestro país. Además, no nos gusta que siempre se dé la misma imagen en los medios de comunicación de gente pobre en la calle que se muere de hambre. Eso pasa, claro que sí, pero también debemos dar otra imagen más positiva.
    —Después de toda su experiencia y de configurarse una idea clara de cuáles son sus objetivos, ¿el paraíso sigue estando en Europa?
    —Hoy pienso que el paraíso no está en España, ni en Australia ni en Italia —algunos de los países en los que he vivido— sino que está en África. Por eso, mi principal razón de ser y de vivir es ayudar a mi país y conseguir que se convierta en un continente productivo. Debemos lograr que la gran inmigración desaparezca.