07 nov 2010 / 10:01 H.
Los problemas de la constructora Noriega, que el pasado 29 de octubre presentó el concurso de acreedores en el Juzgado de lo Mercantil de Córdoba, afectan directamente al estado de las obras de las nuevas instalaciones del Campus Universitario de Linares. Aunque las autoridades académicas esperaron hasta el último momento para que la constructora pudiera renegociar con los bancos o, en última instancia, que accediera a ceder la obra, finalmente, una vez comenzado el proceso judicial, la construcción del complejo de laboratorios I+D acumulará un retraso significativo al tener, según la propia Universidad de Jaén, que denunciarse el contrato, elaborar un nuevo proyecto y otorgarse las obras otra vez y adjudicarlas. Un frenazo, por lo tanto, en una instalación fuertemente demandada por la ciudad de Linares y que, además, acumula más retrasos en las licitaciones de otros edificios (el de servicios generales y el aulario). En este último caso, la pelota está en el tejado de la Junta de Andalucía que es la Administración que tiene que adjudicar la construcción del resto de inmuebles. Los compromisos, en este sentido, eran claros y la consecución del futuro campus depende directamente de la voluntad política del momento. La crisis, en este contexto, no puede ser coartada para que se cumplan unos plazos previstos con antelación. Las primeras voces ciudadanas, encabezadas por la Escuela Politécnica Superior de Linares, reclaman una agilidad en una enseñanza de calidad fundamental para el presente y también para el futuro de ciudad que necesita dar un salto más en lo cualitativo en una especialización fundamental a la hora de competir con otros centros universitarios. La apuesta, en su día, de la Universidad de Jaén fue clara y, sobre el papel, la de la Junta de también, ahora que el proyecto se retrasa es el momento de calibrar el grado de compromiso.