El final más amargo posible
La película dio un giro de guion imprevisto antes del fundido a negro. De la felicidad por una más que trabajada victoria a la tristeza por un empate (3-3) que aleja casi de forma definitiva al Jaén Paraíso Interior de la Copa de España. El gol de José Carlos frustró el final con beso y empañó un buen partido del equipo de Dani Rodríguez, acosado por el infortunio en momentos claves de la temporada.
La urgencia del campeón se vio reflejada en su puesta en escena.
La urgencia del campeón se vio reflejada en su puesta en escena.
Como la victoria era la única forma de avivar la opción de defender su corona, los amarillos salieron al parqué del Pabellón Siglo XXI con el colmillo afilado. En apenas tres minutos, José López, Cuco y Boyis acariciaron el gol en un comienzo fulgurante del equipo jiennense, que salió dispuesto a hacer algo hasta entonces imposible esta temporada: empezar por delante en el marcador en un partido como visitante. Si bien el D-Link Zaragoza replicó con un par de acciones de peligro, una de ellas desbaratada por el meta Dani Cabezón y otra por el travesaño, el Jaén Paraíso Interior encontró premio a su superioridad al filo del descanso con el gol de Cuco, que abrió la senda del triunfo con su cuarto tanto de la temporada. El resultado no solo hacía justicia a los méritos del equipo amarillo, incluso se antojó corto. Fue la mejor primera parte de la temporada lejos de La Salobreja. A diferencia de otros encuentros a domicilio, la máquina amarilla no pareció desconectarse en el intermedio y mantuvo su fiabilidad en la reanudación. De hecho, Eloy Rojas anotó el segundo tanto y encarriló el partido al minuto del regreso a la pista. El primer momento de incertidumbre llegó poco después, cuando el D-Link Zaragoza recortó distancias con el tanto de Jorge Ramos en el 26. La inquietud se disipó de forma casi instantánea. El catalán Jordi Campoy, novedad en la convocatoria, volvió a poner tierra de por medio en la siguiente jugada con el tercer gol de los amarillos, que no estaban dispuestos a dejar escapar la victoria. Las sensaciones así lo indicaban, pero cuando más cerca estaban los tres puntos regresaron los viejos fantasmas con el tanto de Nano Modrego. La templanza exhibida hasta entonces se convirtió en un carrusel de emociones, con tres minutos finales de infarto y un D-Link Zaragoza que, en esos momentos, sí tuvo fe en el empate. Tanta que lo firmó sobre la bocina, cuando más le duele al rival, víctima del final más amargo.