¿El fin del sueño catedralicio?
En el siglo de Oro de las letras españolas, un sin par Calderón de la Barca resumió la existencia en dos versos: “La vida es sueño y los sueños, sueños son”. Pertenecen a la esfera de lo irrealizable y se evaporan. Y, precisamente, esto es lo que está a punto de ocurrirle al deseo de que la Catedral alcanzara el título de Patrimonio Mundial en el marco del expediente de Úbeda y Baeza. A poco menos de un mes de la reunión que celebrará el comité de expertos de la Unesco en la capital catarí de Doha, el informe emitido por el Icomos (el Comité de Sitios y Monumentos) es absolutamente demoledor. Tanto, que, sin ser una resolución definitiva, no deja lugar a la esperanza. Por lo menos, si se decide continuar por el camino que emprendió el equipo de Gobierno local hace ya tres años.

A lo largo de siete páginas, los expertos de este órgano dependiente de la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, concluyen, entre otros motivos, que no está suficientemente acreditada la influencia arquitectónica del templo jiennense en las catedrales latinoamericanas; que el estilo barroco “contaminó” el clasicismo renacentista de sus dos primeras fases constructivas, y que las condiciones de integridad y autenticidad del entorno “no se cumplen”. Pese a todo, el informe es “previo”, los criterios son meramente técnicos y, como señaló el alcalde, José Enrique Fernández de Moya, “hay casos” de informes desfavorables del Icomos que, luego, en el seno del comité de la Unesco, se han resuelto positivamente. Sin embargo, seguir adelante con la candidatura, después de una resolución tan desalentadora, podría enterrar, definitivamente, las posibilidades de esta indudable joya del patrimonio arquitectónico jiennense, andaluz y español.
“Si llegamos al final y la Unesco resuelve la ‘No inscripción definitiva’, la Catedral de Jaén se acaba para siempre”. Lo subrayó, reiteradamente, el munícipe, que anunció que, la semana que viene, viajará a Madrid para analizar con los técnicos del Ministerio de Cultura “las alternativas, las posibilidades y qué es lo que más beneficia a la Catedral”. “Se impone actuar con responsabilidad, serenidad y sangre fría”, remarcó Fernández de Moya, que no descarta una retirada táctica como “estrategia”. No obstante, con las recomendaciones del Ministerio, el alcalde reunirá también a los portavoces de los tres grupos municipales, al Cabildo Catedralicio, a la Junta y al Gobierno para decidir “entre todos” qué camino tomar.