07 oct 2014 / 10:53 H.
Hace más de cuarenta años que un tranquilo municipio de Sierra Mágina se vio sobresaltado, y con él toda la provincia jiennense, por la extraña historia de unos rostros que comenzaron a dibujarse por sí solos en la casa de una mujer. Nacía entonces el fenómeno paranormal de las “caras de Bélmez”, un 23 de agosto de 1971. Desde ese momento, la dueña de la vivienda, María Gómez Cámara, entró también en la historia de su pueblo, porque todo este sorprendente asunto se asocia con ella directamente. Ahora, en su casa natal, comienzan a aparecer nuevas caras, en ese lugar en el que María pasó las dos primeras décadas de su vida. El equipo de investigación que sigue el desarrollo de las teleplastias certifica que se trata de un fenómeno de envergadura al que otorgan toda la verosimilitud y, además, son testigos de que avanza hacia una mayor proyección. El atractivo está ahí, de manera que puede y debe convertirse en un recurso económico para el municipio. En esa línea se debería avanzar, dada la expectación que suscita este fenómeno y la repercusión mediática que cada nuevo capítulo genera más allá de las fronteras provinciales. Al margen del monocultivo del olivar, Bélmez de la Moraleda esconde un verdadero misterio, con las interpretaciones que quieran darse, que puede generar importantes recursos en este pequeño municipio de poco más de tres mil habitantes.