El estado del malestar

Juan Afán Muñoz desde Jaén. Hoy estoy tristemente perplejo ante la noticia del traslado de un etarra desde Algeciras hasta Basauri para someterse a un proceso de fertilidad, también me asombra cómo tras una agresión televisada para toda España la mañana del viernes 6 de julio, ha sido puesto en libertad el agresor en Fuengirola, ambos casos por orden de los jueces correspondientes.

    12 jul 2012 / 15:35 H.

    El caso Noos, el caso Gürtel y sus presiones mediáticas desde el poder, el caso de los ERES en Andalucía tienen al frente a íntegros jueces que están demostrando una perseverancia y ética dignas de elogio y respeto por parte de toda la sociedad. La politización de la cúpula judicial (la justicia y sus ejecutores debería ser ciega y libre ante las derechas y las izquierdas) nos lleva a respetar y sentirnos orgullosos de los jueces que no se achican ante las presiones de los politizados y deshonestos compañeros como los relatados anteriormente y al mismo tiempo a no entender y al final despreciar a los señores que dejan en libertad alegremente a un delincuente o a los que autorizan gastos con cargo a todos los contribuyentes para que un terrorista se ría del Estado de derecho. Tampoco ayuda a mejorar la imagen de la Justicia en España la declaración del ministro Ruiz Galardón indicando que debemos mirar hacia adelante, refiriéndose al caso Bankia y la responsabilidad penal de los culpables, como dando por sentado que lo pasado, pasado está. Este es el gran problema de la corrupción es España, que se conoce solo la punta del iceberg y nunca pasa nada, o si alguna vez pasa es a ritmo de nuestra Justicia después de muchos años. Se nos pueden pedir muchos sacrificios a los ciudadanos, pero los gobernantes y más con mayoría absoluta deberían al menos exigirse que la Justicia funcione para todos.