El escándalo bancario obliga a dimitir a la cúpula de Barclays
La presión pudo con él y ayer finalmente presentó su dimisión. El consejero delegado de Barclays, Bob Diamond, dimitió “con carácter inmediato” como consecuencia del escándalo por la manipulación de los tipos de interés del mercado interbancario londinense (Libor) que ha salpicado al banco británico, después de que la semana pasada aceptara una multa de 290 millones de libras (340 millones de euros) impuesta por autoridades británicas y estadounidenses.
Tras él, también renunció a su puesto el director de Operaciones de la entidad, Jerry del Missier, mano derecha del primer ejecutivo. El lunes ya había anunciado su marcha a finales de año el presidente del banco, Marcus Agius, que se queda ahora al frente de la gestión diaria hasta que se encuentre un nuevo consejero delegado.
Diamond afirmó que “la presión externa sobre Barclays ha alcanzado niveles que amenazaban con dañar a la entidad” y subrayó que “la impresión creada por los recientes acontecimientos sobre Barclays y su plantilla no puede estar más lejos de la realidad”. Asimismo, el banquero se mostró dispuesto a colaborar plenamente con las investigaciones del Comité del Tesoro en lo que respecta a los acuerdos alcanzados la semana pasada. De hecho, Diamond, que ocupaba desde año y medio el máximo cargo ejecutivo de Barclays, deberá responder hoy ante la comisión parlamentaria para dar explicaciones.
La dimisión del consejero delegado de Barclays se produce menos de una semana después de que la entidad fuera multada por las autoridades del Reino Unido y EE UU a pagar 290 millones de libras esterlinas tras admitir que algunos operadores de la institución financiera intentaron manipular las tasas del Libor, que es el índice al que se prestan los bancos en el mercado, y que son tomadas como referencia para fijar los precios de más de 350 billones de dólares en derivados.
El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, anunció la apertura de una investigación parlamentaria. “Necesitamos adoptar las medidas oportunas” para investigar la situación con el fin de que el Reino Unido cuente con “las reglas más duras y transparentes de todos los sistemas financieros”, y agregó que “los banqueros que hayan actuado de manera impropia deben ser castigados”. La comisión tendrá que presentar sus conclusiones antes de final de año, dijo el ministro de Finanzas, George Osborne, que anunció una reforma en la legislación para evitar que se vuelva a repetir.