El enésimo momento difícil para el futuro de Santana Motor

El segundo Expediente de Regulación Temporal de Empleo concluye en Santana sin que se vislumbren los contratos necesarios que garantizarían carga de trabajo. En este caso, que no haya noticia de Iveco o del grupo ruso Tagaz es la peor noticia.

    10 sep 2010 / 22:00 H.

    Esta falta de consolidación de algunas de las vías que salvarían el futuro inmediato de la factoría es la que llena de incertidumbre a los trabajadores y la que los lleva a anunciar movilizaciones. Como ya es conocido sobre Santana pivotan otras empresas del parque de proveedores que se encuentran en situación similar. En este sentido, por lo tanto, el nerviosismo está justificado por parte de los empleados, pero por contra, es difícil de explicar incluso en este contexto que el papel público no haya estado a la altura. El dinero de todos los andaluces invertido en sostener a Santana en diferentes periodos de su historia es el que permitió que la empresa no fuera a pique. El plan de diversificación sentó las bases para una recolocación de una mano de obra cualificada y tiene futuro en empresas como CAF o Gamesa, pero la crisis económica y, en concreto, la automovilística condiciona los proyectos de Santana. La pérdida de cuota de mercado en un sector con tanta competencia como el de los todoterrenos tampoco augura muchos contratos, salvo los conseguidos en concursos públicos, como el logrado con el Ministerio de Defensa o con el Gobierno rumano. De esta forma, es contrastable el esfuerzo mantenido por parte de la Junta de Andalucía para que Santana no se cierre. Los trabajadores están en su derecho de presionar para que las gestiones no decaigan y para que lo pactado en el Plan de Acción Social se cumpla, pero no deben olvidar que miles de trabajadores que en estos últimos años perdieron su empleo, no tuvieron la suerte de que sus empresas fueran de la envergadura y proyección de la factoría de Santana.