El ébola tiene quien le venza
Teresa Romero es una mujer nueva y, con ella, todo el país está de enhorabuena. La auxiliar de enfermería ha superado la gravísima enfermedad después de dar negativo en la última prueba PCR, tal y como dictan los parámetros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los pronósticos son más que favorables.
Con todo, el equipo médico que la trata aclara que un país se considera libre del virus cuando transcurren 42 días desde la curación del último paciente con la enfermedad. Habría que esperar, entonces, el transcurso de este periodo, hasta principios del mes de diciembre, para descartar la aparición de nuevos casos derivados de los contactos con los pacientes infectados hasta el momento. Los facultativos aclaran que la enfermedad no tiene por qué dejar secuelas y, de hecho, se espera que la paciente pase a planta cuanto antes, donde no habrá que guardar especiales medidas de seguridad a la hora de atenderla. Con todo, se habla de prudencia y cautela, porque recuperarse de los daños de este tipo de infecciones puede llevar tiempo. Llegados a este punto, superada la prueba para la sanidad española, no se puede obviar que hay flecos en este asunto que todavía están muy lejos de ser claros o que requieren alguna explicación a la opinión pública. Queda en la sombra todavía aclarar qué falló en el protocolo de actuación para que una profesional experimentada pudiera acabar siendo víctima del contagio. Un asunto que no es baladí, por el precedente que crea en el hipotético caso de tener que volver a tratar a pacientes infectados. A diario llegan noticias de colectivos que se encuentran desamparado ante la falta de pautas concretas para atender incidencias. Como siempre, claridad e información son vitales para evitar alarmas innecesarias.