El drama del desahucio
Son muchos los dramas con los que la crisis castiga a las familias y de todos, quizás sea el desahucio el que representa una situación extrema. Dicen las estadísticas que cada minuto se produce uno en España y no hay que irse de Jaén para comprobar que la tragedia salpica a vecinos, amigos y gente cercana que ayer tenía trabajo y hoy no. Todas las situaciones son extremas, todas son dolorosas y, por lo tanto, todas requieren la misma solución.
El Gobierno quiere discriminar a las víctimas en razón de unos parámetros que escapan de la lógica, porque no hay más lógica que la que dice que si estás desahuciado es porque no tienes dinero para pagar. Qué más da cuál sea tu renta si el banco te ha subastado la casa en la que han crecido tus hijos. Qué más da el número de hijos que convivan bajo un techo cuando hay una sola persona, con nombres y apellidos, que está condenada a vivir en la calle. Qué más da la cuantía de la hipoteca que hipotecó tu vida cuando los números son los que mandan. El problema no se extermina con una moratoria de dos años. No conduce a buen camino. Es, simplemente, pan para hoy y hambre para mañana. Habrá que coger el toro por los cuernos y evitar que la banca pueda hacer de su capa un sayo con los sentimientos de la gente. Y eso solo se consigue con la modificación de la Ley Hipotecaria, la dación de pago retroactiva y alquileres sociales. Así es como hay que empezar.