“El Doctor” escucha un aviso
José García “El Doctor” tenía una faena complicada. El matador de toros de Úbeda y forense del Instituto de Medicina Legal de Jaén se tenía que sentar en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Jaén.

El Ministerio Fiscal lo acusaba de un delito de falsedad en documento público, por lo que solicitaba al tribunal que ingresara 4 años en la cárcel y que fuera inhabilitado de la profesión de forense durante otros 3 años. Por eso, durante la mañana de ayer, siempre tuvo la sensación de estar ante una “encerrona” que le podía traer graves consecuencias.
“El Doctor”, durante toda su trayectoria taurina, siempre ha sido ceremonioso, serio y con un alto sentido de la responsabilidad que conllevaba ponerse delante de un toro. Por eso, sonaba muy raro que se la acusara de cometer de un error tan grave, como el de certificar la muerte de una mujer —el 2 de mayo de 2014 en la calle Almendros Aguilar— sin ver el cuerpo. “El Doctor” dijo que sufrió una parada cardiorespiratoria, pero el Juzgado de Instrucción número 4 de Jaén consignó a otra forense, que señaló, tal y como figura en la calificación de fiscalía, que la muerte se produjo por “un mecanismo violento por caída accidental”. Por eso, “El Doctor” ayer estaba en la Audiencia como si hubiera intentado torear por el pitón izquierdo, pero el toro le hubiera cogido al intentar dar el natural. No tuvo mala fe, pero se llevó una “cornada” que le podía deparar dramáticas consecuencias.
Acuerdo y conformidad
Cuando esperaba en la sala de vistas, se le veía inquieto. De hecho, hacía con los mocasines el gesto de señalar el albero de un ruedo que hacen los matadores de toros antes de salir a la arena. También se le veía ejercitar las piernas como si tuviera que calentar antes de ponerse delante del morlaco con unas leves flexiones hacia un lado y a otro. Así es “El Doctor”, que sacó en la puerta de la sala de vistas los ejercicios que dicen los matadores que les sirven para calentar antes de ponerse delante del toro, pero que, en realidad, más bien parece que valen para desquitarse de los nervios y de la presión cuando tienen un compromiso importante. Sin embargo, el forense y torero no tuvo ni que hacer el “paseíllo” por la sala de vistas. Tampoco se sentó en incómodo banquillo de los acusados. Fiscalía, acusación y su defensa se pusieron de acuerdo y hubo conformidad. “El Doctor” reconoció los hechos, tal y como dicta el trámite, y se impuso un castigo. El acuerdo implica la suspensión de empleo y sueldo durante dos años, aunque evita la pena de prisión y el castigo de la inhabilitación que se le proponía.
Su abogado, Ernesto Osuna, explicaba que se le había aplicado el artículo 398 del Código Penal, que era mucho más acorde a lo que ocurrió. “Obedece a la realidad de los hechos, ya que fue un error y un exceso de confianza, aunque no lo hizo por ánimo de lucro ni perjudicó a nadie, por lo que esta conformidad nos parece apropiada. Creemos que se ha hecho Justicia”, explica Ernesto Osuna. Y así “El Doctor “no se llevará una “cornada” grave de los tribunales —como la que sufrió el 20 de junio de 1999 en la Maestranza de Sevilla—, pero sí escucha un aviso. Durante dos años dejará de ser forense, aunque “El Doctor”, tal y como demostró ayer en la Audiencia, siempre será torero.