El día después
Hoy, el día después, es día de datos, de cifras, de balances, de ilusiones personales y de desencantos políticos. Día de análisis, de preguntas, de respuestas preparadas, de protocolo y de hastío. Día de esperanza, de dudas, de cálculos, de cómputos, de comprobaciones, de atrevimientos.
Hoy es hoy pero, ¿y a partir de mañana? ¿podremos conjugar el navegar en la incertidumbre con la necesidad vital del ser humano que siempre ha buscado mejorar su concepto de bienestar dentro de una comunidad? Estamos socialmente avanzando hacia un sistema, en el que el envejecimiento de la población superpoblará el planeta, un sistema en el que la clase media tal y como la hemos conocido, va a desaparecer convirtiéndose en mucho más activa, colaborativa y cooperadora, teniendo al individuo como eje fundamental y un sistema en el que el cambio tecnológico y desarrollo científico como consecuencia de la “sociedad en red” provocará la transformación de todos y cada uno de los sectores industriales, productivos y de servicios.
En lo político, vamos a experimentar un cambio en el modelo de estado.
Va a ser un momento político complejo que va a tener que funcionar de manera reactiva para tratar de asegurar normativamente un mundo en cambio permanente, el cambio más profundo en la historia de la humanidad, por lo rápido, por lo radical y porque lo vamos a vivir en directo.
Y con este escenario de futuro, vamos a tener algunas nuevas caras, nuevas mentes y esperemos renovadas mentalidades de entre los de siempre, que esperamos consigan hacer convivir una visión estratégica coherente con situaciones novedosas que irremediablemente se van a producir.
Y es que, por mucha neurociencia, reciclaje, sensores, biónica, 3D, cibercondria y demás cosas raras que ya están siendo protagonistas hoy, el ser humano siempre buscará la supervivencia, el estado de bienestar individual y la felicidad. Días como el de hoy suceden cada cuatro años. Éstos objetivos suceden siempre. Para lograr alcanzarlos hay que trabajar sin descanso. Mucho ánimo para todos los protagonistas del día después.
Hoy es hoy pero, ¿y a partir de mañana? ¿podremos conjugar el navegar en la incertidumbre con la necesidad vital del ser humano que siempre ha buscado mejorar su concepto de bienestar dentro de una comunidad? Estamos socialmente avanzando hacia un sistema, en el que el envejecimiento de la población superpoblará el planeta, un sistema en el que la clase media tal y como la hemos conocido, va a desaparecer convirtiéndose en mucho más activa, colaborativa y cooperadora, teniendo al individuo como eje fundamental y un sistema en el que el cambio tecnológico y desarrollo científico como consecuencia de la “sociedad en red” provocará la transformación de todos y cada uno de los sectores industriales, productivos y de servicios.
En lo político, vamos a experimentar un cambio en el modelo de estado.
Va a ser un momento político complejo que va a tener que funcionar de manera reactiva para tratar de asegurar normativamente un mundo en cambio permanente, el cambio más profundo en la historia de la humanidad, por lo rápido, por lo radical y porque lo vamos a vivir en directo.
Y con este escenario de futuro, vamos a tener algunas nuevas caras, nuevas mentes y esperemos renovadas mentalidades de entre los de siempre, que esperamos consigan hacer convivir una visión estratégica coherente con situaciones novedosas que irremediablemente se van a producir.
Y es que, por mucha neurociencia, reciclaje, sensores, biónica, 3D, cibercondria y demás cosas raras que ya están siendo protagonistas hoy, el ser humano siempre buscará la supervivencia, el estado de bienestar individual y la felicidad. Días como el de hoy suceden cada cuatro años. Éstos objetivos suceden siempre. Para lograr alcanzarlos hay que trabajar sin descanso. Mucho ánimo para todos los protagonistas del día después.