El detenido tiene veintitrés años y dieciséis antecedentes

El detenido que trató de atropellar a un hombre con su propio vehículo a las puertas de un local nocturno en el polígono Llanos del Valle tiene veintitrés años y dieciséis antecedentes registrados. “Es un viejo conocido nuestro”, expresó el portavoz de la Policía Nacional. Se lo conoce como “el Popeye”. La reyerta terminó con dos personas en el hospital.  Esta vez, los cargos son serios. Se le imputan cinco: robo con violencia, intimidación, daños, conducción temeraria y tentativa de homicidio. Todos, por el incidente que protagonizó el sábado al amanecer, junto con un amigo todavía en paradero desconocido.

06 oct 2014 / 09:43 H.

El sujeto fue llevado hasta el juez el mismo sábado y devuelto al calabozo. Ya ha sido puesto a disposición judicial de nuevo, mientras que al segundo agresor, que supuestamente atropelló a una persona con una motocicleta y agredió a otra con una “pitón” en la cara, todavía se le busca. Ya está identificado.
Uno de los heridos es José Miguel Diego, jiennense de veintisiete años, que se puso en contacto con este periódico para relatar cómo sucedieron los hechos. Su versión se ajusta con precisión a lo explicado por la Policía Nacional.  Según la narración de los investigadores y del protagonista de la historia, existían “rencillas previas” entre el detenido y el arrollado. “Habíamos tenido un enfrentamiento verbal con ellos”, explicó Diego, sin darle mayor importancia. Para la Policía, “el exceso de alcohol y cocaína hizo el resto”. De hecho, el arrestado se negó a someterse a las pruebas de control de alcohol y droga y se le imputó un delito contra la seguridad vial, ya que conducía el coche de la víctima, supuestamente, bajo sus efectos.


la historia. Ambos, agresor y agredido, iban al volante de sus respectivos turismos cuando comenzó todo, en torno a las seis de la madrugada del sábado. Según Diego, “el Popeye” y la persona que busca la Policía detuvieron un automóvil blanco frente a él y su amigo, de veinte años, todavía hospitalizado. Se bajaron y uno de ellos lo enganchó del cuello y lo zarandeó, le robó el móvil y un cordón de oro que llevaba al cuello. “Esa fue la excusa para que saliera del coche y robármelo también”, explica. Y cayó en la “trampa”. “El Popeye” se hizo al volante del vehículo del agredido y este trató de impedirlo, pero el coche arrancó mientras él se sujetaba a la ventanilla. Así, fue arrastrado por el polígono durante medio minuto. “Me solté justo antes de que se estampara contra una pared”, explica la víctima. Después de soltarse, el conductor intentó atropellarlo. Diego se zafó “por los pelos”, pero no pudo librarse de la motocicleta que lo arrolló justo después. “Lo vio todo el mundo y está grabado por las cámaras de seguridad del local, que ya ha visto la Policía”, cuenta, seguro de su versión.


El motorista se dirigió, después de perpetrar el atropello, hacia el amigo de Diego, de veinte años y que tiene un parte de lesiones de mayor gravedad. En marcha, lo golpeó con una “pitón” o candado de motocicleta en plena cara. “Acababan de cerrar el local y había muchísima gente alrededor que lo vio”, explica la víctima. Ambos, libres de cargos y trasladados al Hospital Neurotraumatológico, han puesto denuncias.