El Cristo de los Tres Huevos se muda a la Plaza de la Purísima

Fue una jornada muy especial, solemne e importante para la Hermandad Dominica y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Piedad y María Santísima de la Estrella. Por un lado, el nuevo hermano mayor, José Antonio Carmona Aguilar, juró y tomó posesión de su cargo, junto con el resto de la junta directiva, al término de la santa misa celebrada en la iglesia conventual de la Purísima Concepción. Un templo repleto de fieles entre los que se encontraban el alcalde, José Enrique Fernández de Moya, y el presidente de la Agrupación de Cofradías y Hermandades de la Ciudad de Jaén, José Paulano.
Entre las imágenes habituales  que descansan en la iglesia, sin embargo, había una, pequeña, humilde, que destacaba, que atraía las miradas: era la del Santísimo Cristo de Burgos, conocido popularmente como “de los Tres Huevos”, por el dibujo que tiene la cruz que lo soporta. Al término de la eucaristía, el capellán, Blas Pegalajar, acompañado del alcalde y del nuevo hermano mayor, desfilaron desde el templo hasta la plaza, donde ya esperaba, con las puertas abiertas, la hornacina, el nuevo hogar del Cristo de los Tres Huevos.  Había anochecido y los dos pequeños faroles arrojaban destellos anaranjados sobre los cristales y el enrejado. Antonio Medina, fabricano mayor de La Piedad y Estrella, fue el encargado de subir las escaleras y ubicar la imagen allá, en lo alto. Un grupo parroquial de San Ildefonso cantó el “Yo creo en ti, Señor”. Aurora de Dios, la propietaria del inmueble donde hasta ahora “residía” la imagen, miró con devoción hacia allá. Fernández de Moya se encargó, entonces, de descubrir la placa conmemorativa. En ella se puede leer: “Para que perdure en el tiempo la devoción al Santísimo Cristo de Burgos, la Hermandad Piedad y Estrella, el Excelentísimo Ayuntamiento de Jaén y Doña Aurora de Dios, trasladan su imagen a esta Plaza de la Purísima Concepción para su veneración por el barrio de la Alcantarilla”. Aunque, seguramente, no serán sus vecinos los únicos en rendirle devoción. Antonio Heras / Jaén