El costo de la vida
Juan Manuel Chica Cruz desde Jaén. La vida no vale igual en todos los sitios. Un café, un billete de autobús o una entrada al cine tiene precios diferentes e incluso pueden hasta no ser necesarios según el lugar. El coste de la vida varía según el desarrollo de la zona. Hace poco, los medios de comunicación daban a conocer la escalofriante noticia del atentado con bombas en la maratón de Boston, con el trágico resultado de cinco víctimas y más de un centenar de heridos.
Aquello despertó un movimiento de repulsa en la sociedad. Y eso es bueno. La sensibilización es el paso previo y necesario para enfrentarse a los problemas. Pero esta conciencia social alarmada y agitada por la crueldad de dos jóvenes chirría con nuestra adormecida respuesta ante hechos similares y mucho más graves y que ocurren, a veces, más cerca. Y que afectan también a seres humanos como nosotros. Un proceso de insensibilización selectiva. Las trágicas muertes de civiles en Siria, o en Irak, por citar dos lugares de entre una infinidad, muchas veces niños. Ante estas barbaries estamos más acostumbrados y, lo que es peor, se asume que el coste de la vida en unos lugares es mayor que en otros. La vida no vale igual en todos los sitios Ni los muertos tampoco.