El comercio local se reinventa

Una experiencia fructífera. Las calles de Alcalá la Real se llenaron de clientes, tanto del municipio como forasteros, para las tiendas y otros locales. En torno a cien negocios se adhirieron a la iniciativa denominada “La Noche en Blanco”, promovida por la asociación de empresarios Acceipa-Centro Comercial Abierto, en colaboración con el Ayuntamiento. La propuesta consistía, básicamente, en abrir los establecimientos entre las ocho de la tarde y la medianoche, como fórmula para incentivar las ventas de artículos.

27 jun 2015 / 08:43 H.


Para la ocasión, las tiendas adheridas ofrecieron descuentos especiales. Participaron en la convocatorias droguerías, ópticas, ferreterías, joyerías, negocios hosteleros, agencias de viajes, estudios fotográficos o locales dedicados al sector de la confección y la moda. Las promociones iban desde rebajas en el precio, de entre el 5 y el 50%, hasta platos especiales, pasando por muebles a precio de costo. En la celebración de la actividad tuvieron especial peso los negocios ubicados en el casco antiguo —El Llanillo, Real, Veracruz, Pradillo, Álamos—, el barrio de la Huerta de Capuchinos —Miguel Hernández, Fernando el Católico y Avenida de Europa— y la zona sur —avenidas de Andalucía y de Iberoamérica—. Entre las propuestas más singulares destacaron las del Museo Palacete La Hilandera, que ofrecía una copa de vino gratuita en su bodega. La Librería Ítaka acogió el cuentacuentos titulado “El duende del pijama rosa”, que deleitó a los lectores de todas las edades que asistieron.
Uno de los grandes focos de atención estuvo en las pasarelas de moda. A partir de las ocho y media de la tarde en la calle Fernando el Católico hubo un desfile infantil a cargo de Benetton y Coquitos Kid’s. Ya de noche, en El Llanillo se exhibieron creaciones de fiesta y nupciales de Elite Novias y El Sastre —Taller de Regina—. Un numeroso público presenció esta convocatoria en la que la música ayudó a crear un ambiente lleno de encanto. Mientras, Trébol Moda mostró diferentes modelos en su escaparate.
Por otro lado, no faltaron las actividades de animación, pensadas para los más pequeños. Se colocaron dos zonas de hinchables. El Club Veleta impulsó una yincana de orientación por la ciudad en la que era necesario inscribirse en el temple del Paseo de los Álamos.    
El Ayuntamiento también se unió a la convocatoria. Abrió al público de manera gratuita el Museo del Palacio Abacial y, además, el aparcamiento subterráneo tuvo una tarifa de solo cincuenta céntimos para las personas que enseñaran los tiques de compra en la cabina de salida. Era la forma de las autoridades de contribuir a que la jornada tuviera realce.