El 'Cerezo Moreno' afronta con salud de hierro sus 22 primaveras
Crisis, una palabra procedente del griego, hace referencia a cambio, a ruptura. Aunque hoy día es difícil verlas, la palabra puede tener muchas connotaciones positivas. Einstein, entre otras muchas cosas, realizó diversas declaraciones ya inmortales sobre la crisis. Quizá una de las mejores sea: “Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos”. Esta máxima se puede aplicar en todos los ámbitos incluido, por supuesto, el del arte y la cultura en general.
La drástica reducción de las partidas presupuestarias públicas, por un lado, y de los programas e iniciativas que partían de fondos privados o fundaciones de entidades bancarias, por otro, han hecho tambalearse algunos certámenes con los que candidatos de todo tipo —escritores, pintores, fotógrafos— lograban el reconocimiento deseado a la par que obtenían una recompensa económica para los casi siempre maltrechos bolsillos de artista. No ha sido así, por ahora, ni parece serlo, en el futuro, en el caso del Concurso de Pintura Cerezo Moreno que, este año, alcanzó su edición número 22 con la salud de un roble. Así parece demostrarlo el mantenimiento de sus galardones en materia económica: 4.000 euros al Primer Premio obtenido, en 2012, por el jiennense Francisco Carrillo con su obra “Siesta”, y el segundo, “Paisaje velado”, que le vale al alcaudetense Juan Carlos Porras Funes el reconocimiento y 1.500 euros. El tercero, mención especial, fue a recaer en un cordobés, Jaime Jurado Cordón, por “Séneca”. Un vistazo a las tres piezas ganadoras basta para constatar que la salud del certamen no es solo económica sino, y esto es lo más importante, artística. Tres visiones, tres talentos, y tres futuros prometedores, algunos casi ya confirmados.
Este año el “Cerezo Moreno” recibió más de 50 obras de toda España: Madrid, Murcia, Valencia o Córdoba. Muchas de ellas eran grandes formatos, y predominaron los paisajes —como el del segundo premio—, aunque fue un retrato el que, finalmente, se llevó el gato al agua. No se envían muchos abstractos, al menos, en las últimas ediciones. De las 52 pinturas presentadas, una selección de 23 se expone estos días en el Ayuntamiento de Villatorres, en la Plaza de la Constitución de Villargordo, en horario vespertino, hasta el próximo 3 de noviembre. Otros años se colgaron más para el disfrute de los visitantes y amantes del arte, pero el gran tamaño de muchas de ellas hace que el espacio se quede pequeño.
El futuro del certamen está, en cualquier caso, asegurado por la firme apuesta que el Ayuntamiento ha hecho con él, al soportar, además, la mayor parte de la carga económica que supone, y con la Fundación del Museo Cerezo Moreno, que le cubre las espaldas. También cuentan con la colaboración de la Diputación de Jaén. Una vez finalizado el plazo de exposición, las obras no premiadas se podrán retirar. Los dos primeros premiados formarán parte del museo villargordeño, que cuenta ya con un extenso legado de obras de arte gracias a las dos décadas de vigencia del concurso.
Antonio Heras /Jaén