Campeón, parte cuarta
El capitán Bocanegra, acostumbrado a navegar en singladuras inciertas, recibió el Barómetro del Instituto de Estudios Sociales Avanzados (IESA), que por primera vez da la victoria electoral al PP por el estrecho margen de un 1,6% frente al PSOE, como un inesperado golpe de viento que mantiene vigorosas las velas de la nave popular. Con el hábito de llegar con más pena que gloria a los puertos electorales, a este político errante le acompaña, como al marinero holandés de la leyenda, un fantasmal grupo que al no haber fondeado nunca en la tierra prometida de la Junta, hace dudar a la concurrencia de su verdadera presencia. La tripulación, a pesar del hambre política, nunca amenazó con motín alguno y así hasta el próximo cuarto viaje del “campeón” a las bravas, para él, aguas de la política andaluza.

18 ene 2010 / 20:49 H.
Los últimos diez puntos recortados en 2008 se antojan poco botín para quien aspiraba a desbancar a un
Chaves quemado, pero hete aquí que el capitán de la “Segunda Modernización” no capituló y marchose triunfante al retiro dorado de un rebozado ministerio como penúltima batalla para la causa. Mientras
Arenas Bocanegra prepara las huestes para gruñirle a
Griñán, visitó la provincia con una única y descafeinada parada en Úbeda. Confesó que en su cuaderno de bitácora apuntó como “histórico” que una encuesta oficial le dé como ganador y pidió que las próximas elecciones autonómicas se celebren de forma separada a otras citas. Una vieja batalla esta de tener foco propio electoral como Cataluña, País Vasco y Galicia a la que me sumo gustoso, pero me temo que no habrá el valor democrático suficiente. Prepara el PP su maquinaria de otro cambio posible, aunque sin cambiar el timonel, y el PSOE, sin atisbo de autocrítica y confiado en la aritmética, flota a la espera de que la corriente le vuelva a llevar al triunfo. Tiempo tiene Griñán para preparar un golpe de efecto político que cambie la autocomplacencia y acabé con las medianías o manifiestas incompetencias instaladas en la Junta. Las numerosas vías de aguas hay que repararlas antes de que comience la contienda o, más pronto que tarde, llegará la gran noche de Arenas.