El cambio que no llegó
Hay terrenos pantanosos en los que es mejor no entrar, ese es el consejo de una buena amiga, pero lejos de sumergirme en arenas movedizas solo quiero exponer mi punto de vista de algo que pasa, o mejor dicho, no pasa en Andalucía.
Me sorprendió que el pasado 25 de marzo las urnas no corroboraran los resultados esperados, teniendo en cuenta que las últimas elecciones municipales dieron mayoría absoluta al Partido Popular en los ochos ayuntamientos de las capitales de provincia andaluzas, y que las encuestas arrojaran otras expectativas que se volatizaron apenas brincado el 85% del escrutinio. El cambio andaluz es tragado por la coalición PSOE-IU junto al triunfo histórico del PP en estas elecciones. ¿Asusta el cambio a los andaluces? Lejos de ondear ninguna bandera, ni de pintar cielos de azul intenso, pienso que la costumbre y el manejo de poder no hace ningún bien a nuestra comunidad, pero parece que no estamos dispuestos a dar una oportunidad a la eterna oposición andaluza y que lo desconocido tampoco nos genera confianza, UPyD ni siquiera logró representación en la cámara. A partir de aquí, solo nos queda estirar la malherida confianza, y secundar la sonrisa victoriosa de José Antonio Griñán después de haberse salvado por los pelos. El PSOE andaluz camina hacia los 34 años de Gobierno casi autoritario de esta comunidad, que la mantiene estancada y atrapada en un régimen sectario que la sitúa a la cola del progreso. Nuestra bella Andalucía seguirá achacosa y renqueante.
Sonia J. Tirado es relaciones públicas