08 may 2014 / 22:00 H.
A veces me pregunto hasta qué punto será eficaz eso del buzoneo y la publicidad directa. Como estrategia de márketing, perfecto, pero el problema es cuando se le da la vuelta al tema y en vez de hacer efectiva esa forma tan cercana de publicidad, las consecuencias del buzoneo son suciedad y desorden. Y hablo desde todo mi respeto, porque hay formas y formas. Todo va en función de cómo quieran repartir la información, o en las mismas, de como quiera la gente recibirla. El ser humano, tiende a “rechazar” en cierto modo la publicidad. Esto se debe al ritmo de vida ajetreado que un mayor porcentaje de la población sufre y a la continua evasión publicitaria vivida años atrás. Por eso, una de las esenciales características de la redacción publicitaria es la simplificación, a la cual se llega a través de la desestructuración y de la nominalización a la que el redactor publicitario somete la información que quiere vender. Por eso, la pregunta de ¿hasta qué punto es necesario convertir esa laboriosa tarea de psicología del consumidor y estrategia publicitaria en simples “papelajos” que inundan los portales de los bloques de pisos o en el peor de los casos las calles de la ciudad? Tengamos cuidado todos y un poco de respeto hacia el trabajo de limpiadores y publicistas. No hagamos de una estrategia de venta, una molestia indecente. Está en manos de todos, que se repartan los justos y se utilicen siempre correctamente. Si lo hacemos, se verá mejora.