El Botín de Estrella

La vida cuando golpea suele hacerlo a conciencia, con ahínco, cebándose. El hijo de Estrella Cerezuela quedó tetrapléjico tras un fatal accidente. Después de la batalla judicial, una indemnización de 360.000 euros tasó su mala fortuna. Juan Pedro quedó postrado de por vida y su familia quiso garantizarle el futuro con el dinero menos deseado del mundo. Así, en 2004, 'invirtieron' 300.000 euros en un banco que les prometió rentabilidad, pero, sobre todo, disponibilidad para acceder al dinero. Sin embargo, el destino tenía reservada otra sorpresa amarga.

16 dic 2012 / 17:29 H.

Cuando en 2008 quisieron retirar una cantidad para un tratamiento con células madre comprobaron que el dinero había desaparecido por las cloacas bancarias. El lado oscuro. Esfumado, perdido en una especie de triángulo de las Bermudas financiero donde los productos tóxicos se camuflan como acciones preferentes, que suena mejor, y donde la inversión se transmuta en estafa con apellido Madoff. Jerga, palabrería, tecnicismos con los que se adornan los trileros. La responsabilidad se diluye también porque el parné se mueve a una velocidad de vértigo. Su rastro se pierde y personas de baja calidad, tóxicas sin duda, a las que no se les pone nombre son las que juegan con él, con economías y países. Son los que mueven los fondos, a golpe de teclado y los que, también, han llevado a miles de personas a la más absoluta ruina. Todo aparentemente legal, todo absolutamente podrido. Alta sociedad no, alta suciedad que cantaba Calamaro. Pero volvamos a Estrella y a Juan Pedro, porque detrás de los números y el dinero siempre hay personas con su historia a cuestas. Su dura peripecia vital está, de nuevo, en los juzgados, en concreto en el de Instrucción 3 de Jaén donde se admitió a trámite una querella contra el Banco Santander por estafa y apropiación indebida. Mientras tanto, una familia está con el agua al cuello, con problemas casi para comer. Pero tenemos “Confianza”, como reza la publicidad del Santander, en que la entidad de Emilio Botín se haga responsable de sus acciones y omisiones “porque el futuro tiene nombre y apellidos”, dicen, o ¿será publicidad engañosa?

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