El barco que chirría

Gerardo Hernández desde Vizcaya. Decir que el estrés malo es la patología clave sobre la que giran muchas otras en la era   posindustrial no es descubrir América, pero conviene no olvidarlo, con el fin de poder aplicarse en lo individual y en lo colectivo en poder corregir este mal, un mal que genera desánimo creciente en un ser humano carente de sentido como nos recuerdan los filósofos existencialistas, en una sociedad esta de la prisa, cada vez más opulenta en lo externo, pero cada día más anémica en lo que toca a la vertiente interna.

    16 jul 2012 / 15:09 H.

    Quienes están en el mundo laboral lo viven en sus carnes y no parece tener solución fácil esto si no somos capaces de cambiar los parámetros productivos y dejamos de confiar nuestro destino a la mera competitividad. Para cuando nos llegue la edad de jubilación, si no hemos sabido escapar antes de las garras de este “dis-estrés”, o de la depresión, es complicado que lo podamos hacer después, pues los comportamientos resultan con el tiempo cada vez más difíciles de cambiar. Sé que probablemente alguno no lo entienda, pero la crisis nos ha venido bien, y digo que nos ha venido bien porque nos va a hacer comprender mucho mejor el sinsentido en que hemos convertido este mundo y nuestras vidas, nos va a hacer comprender, además, cómo hemos derivado en meras máquinas al servicio de un sistema productivo, intercambiables cuando fallan, y que siguiendo así cada día nos acercaremos más al precipicio, si no reclamamos antes nuestra dignidad de seres humanos, tomando total conciencia de lo que somos.