El Ayuntamiento compra una moto-bomba para Pegalajar
La sustitución de la vieja moto-bomba, que ha sufrido una severa avería tras 20 años de uso continuado, por una nueva, pondrá fin al corte en el suministro de agua potable que, desde el pasado viernes a mediodía, afecta al término municipal de Pegalajar.

Durante este tiempo, los vecinos han tomado el agua para sus necesidades más básicas de un camión cisterna que ayer por la tarde continuaba dando el servicio.
También el anejo de La Cerradura, que se abastece de los mismos depósitos municipales, recibía agua de otro camión cisterna, según explicó Carolina Hermoso, concejal de Bienestar Social en el Ayuntamiento pegalajareño. Esta edil aclaró que el alcalde, Juan Cordero, acompañado de técnicos municipales, se desplazó a Alcalá de Henares para adquirir otra moto-bomba, cuyo precio asciende a 20.000 euros.
“Esperamos que el suministro de agua esté restablecido y normalizado a primera hora del martes”, comentaba la concejal. Los trabajos de colocación de la nueva moto-bomba en el pozo llevarían entre dos y tres horas y había que colocarla en un tubo vertical de 160 metros.
Carolina Hermoso recuerda que ya hace dos años y medio se produjo una avería similar y se subsanó. Ahora, la avería parece algo más compleja porque se cambió el motor y se probó fuera del pozo y funcionó, pero al conectarlo a la tubería no succionaba el agua.
“La moto-bomba se adquirió en 1992 y tiene dos tomas de fuerza, ya que ha de abastecer dos depósitos”. El pozo de agua se encuentra en una zona de sierra conocida como Bercho, a un kilómetro del casco urbano. Aunque el censo de Pegalajar está fijado en unos 3.100 habitantes, en verano, matiza Carolina Hermoso, este número crece hasta rondar los 4.500 habitantes: “En Pegalajar pasa lo mismo que en el resto de pueblos de la provincia, que muchas personas que son originarias y viven fuera, regresan para pasar el verano, eso hace que el consumo de agua se dispare ante una demanda mayor y porque en verano también es cuando más consumo hay”.
La concejal valora la actitud comprensiva, cívica y solidaria de los vecinos: “Quiero expresar el agradecimiento de la Corporación municipal hacia los vecinos, por su mucha comprensión y paciencia en unos momentos difíciles en los que el calor arrecia y la necesidad de agua potable es mayor. Esta eventualidad demuestra que somos un pueblo unido que sabe afrontar las dificultades”. Asimismo, la concejal de Bienestar Social hace hincapié en las complicadas condiciones en las que se realizan estas tareas, ya que la perforación tiene 160 metros de profundidad. Donde no falta el agua es en la famosa Charca de Pegalajar, ya que, como precisó la concejal de Bienestar Social, se nutre de un manantial diferente del pozo municipal. Eso permite que los vecinos, sobre todo los más pequeños, disfruten de este espacio y se resguarden en sus aguas con sus chapoteos de los rigores del verano jiennense.