El autor confeso de la muerte de un joven de Huesa, en prisión
Eleuterio P. C., de 19 años, fue enviado a prisión después de declarar como presunto autor del crimen de Francisco Bustos Romero, de 26. La víctima fue enterrada ayer en Huesa, un pueblo que está conmocionado por lo ocurrido. Al parecer, antes del crimen, la pareja del detenido mantuvo una discusión con la víctima. La principal hipótesis para explicar la muerte a navajazos de Francisco Bustos Romero, de 26 años, es que tenía algún tipo de "cuenta pendiente" con el detenido por el crimen, Eleuterio P. C., de 19 años. Este, al parecer, asestó tres puñaladas a su paisano, el sábado por la noche, en la calle Moral de Huesa. A continuación, llamó a la Guardia Civil y confesó lo que había hecho. El testimonio "facilita mucho" la investigación y hace que no extrañe que, ayer, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Cazorla, encargado del caso, decretara prisión comunicada y sin fianza para el principal sospechoso. Este fue conducido a las dependencias judiciales cazorleñas sobre las diez de la mañana y, unas tres horas más tarde, su señoría, tras escucharlo, ya había resuelto que debía de ser trasladado a la cárcel.

Entre los vecinos de este municipio serrano, de 2.600 habitantes, transcendió rápidamente que la tragedia se desencadenó en las inmediaciones de un local de ocio, en la calle Moral. Supuestamente, el fallecido gastó una broma a Eleuterio P. C., que iba al volante de su coche, acompañado de su novia y un amigo. Este detuvo el vehículo, bajó y, al parecer, apuñaló al otro joven hueseño, casi sin mediar palabra. Según pudo saber este periódico, hubo un incidente previo. A las puertas de un pub, la pareja del autor confeso y Francisco Bustos Romero habían discutido fuertemente, momentos antes, algo que enfadó mucho al joven de 19 años. Por ello, es barajado como uno de los factores que desencadenó el posterior crimen o, también como explicación plausible, que lo ocurrido fuera la "gota que colmó el vaso". La víctima recibió tres tajos, dos en el abdomen y otro en el corazón.El herido, que recibió una rápida atención médica en el escenario del crimen, llegó a ser evacuado al hospital de Úbeda, a unos cincuenta kilómetros. Pero, sobre las doce de la noche de ese mismo día, dos horas después de la agresión, fue certificada la muerte del joven. Ayer, Francisco Bustos Romero, hijo de un matrimonio que tuvo otros seis hijos y conocidísimo en el municipio, recibió sepultura. La ceremonia comenzó sobre las diez y media de la mañana en la parroquia de Nuestra Señora de la Cabeza, poco después de que el supuesto autor fuera conducido al juzgado. "Todo el pueblo" asistió al sepelio, en palabras del alcalde, Manuel Vilar. A ello hay que sumar que las muestras de duelo fueron continuas durante el velatorio del cadáver. A pesar de que los ánimos estaban "caldeados", la presencia de agentes del Instituto Armado, que fue mayor de lo habitual en el municipio, evitó cualquier tipo de represalia.
Los dos implicados en los hechos eran trabajadores del campo, vecinos de Huesa, aunque normalmente salían del pequeño municipio para ganarse el jornal como temporeros. Uno y otro coincidían, como otros jóvenes, en las zonas de ocio del pueblo.