El asilo y el colectivo San José de la Montaña estrechan sus lazos
Amanece en el barrio de San José de la Montaña y muchos de sus vecinos se preparan para una jornada muy especial. Es la fiesta de su patrón y la asociación de vecinos, presidida por Virgilio Domínguez, se propone celebrarlo por todo lo alto. Es un colectivo joven, uno de los últimos creados en la ciudad, y no faltan las ganas de trabajar por la zona.

Mientras tanto, asoma el día por la residencia de mayores Nuestra Señora de los Desamparados. A religiosas y ancianos se les ve alegres. Es Primero de Mayo y, por lo tanto, su día grande, el de un San José obrero, el de San José de la Montaña. Ambos, el asilo y la asociación vecinal que lleva el nombre del santo, mantienen unos vínculos muy estrechos y, aunque cada uno organiza sus actividades, el primero siempre colabora y apoya al segundo. Y eso quedó bien visible por la mañana, en la misa celebrada en la residencia, presidida por el franciscano Juan José Rodríguez, a la que acudió un nutrido grupo de vecinos y, también, autoridades municipales encabezadas por el alcalde, Francisco Delgado. Asimismo, contó con el acompañamiento musical de la Coral Amicitia.
Tras la eucaristía, el asilo invitó a un refrigerio en los jardines y se vivieron unos momentos de convivencia. Luego, llegó el turno, de la celebración de la asociación, en la zona del estadio de fútbol. “Hemos invitado a paella a todos los que se han acercado por aquí, del barrio y de otros lugares, y seguimos con nuestra verbena, que celebramos cada año”, explicó Domínguez. También agradeció al Martos Club Deportivo que se sumase e hiciera una jornada de puertas abiertas en la que la entrada fue gratuita. No obstante, hubo un contratiempo, ya que el partido se disputaba, en un principio, por la mañana, pero el equipo contrincante, el Melilla, no pudo salir a su hora por niebla y el encuentro se aplazó a la tarde.
devoción. Uno de los momentos más esperados llegó con la procesión de San José. Salió “triunfal” del asilo ante la mirada de los mayores, la sonrisa cómplice de las monjas y los aplausos de todos los devotos que se acercaron a la zona, entre los que se encontraban los integrantes de la asociación vecinal, que portaron el trono. La imagen desfiló al ritmo musical de la agrupación Maestro Soler.