El apuñalado supuestamente por el ex marido de una amiga tenía diez heridas

Los médicos forenses que realizaron la autopsia del hombre que  falleció tras ser apuñalado supuestamente por el ex marido de una  amiga declararon que la víctima presentaba diez heridas por arma  blanca, de las cuales seis eran de mortal necesidad.

    12 mar 2009 / 16:10 H.

    En el juicio, que celebró su tercera y última sesión en la  Audiencia Provincial de Jaén tras quedar visto para sentencia, estos  peritos confirmaron que la víctima sufrió una "muerte violenta" y  que, bien antes de que recibiera las puñaladas o bien durante esa  agresión, se vio inmersa efectivamente en un altercado. De hecho, el  cuerpo también presentaba otras 13 lesiones como escoriaciones o contusiones. Estos expertos también detallaron que cuando examinaron al  acusado, Francisco L. M., tras la detención estaba en "perfecto estado  para declarar, completamente lúcido". Además, hicieron hincapié en la  contradicción que detectaron en sus declaraciones, pues afirmaba que  no recordaba nada, pero que luego daba detalles sobre dónde había  estado o qué había hecho. "Estaba orientado, ni psicótico ni  alterado", aclararon. En la vista también compareció a propuesta de la defensa otro  psicólogo que evaluó al procesado y que manifestó que, según sus  conclusiones, este hombre tiene una personalidad dependiente con  rasgos obsesivos, de ahí que apuntara que cuando la noche del suceso  vio a su mujer con la víctima sintió que el mundo se le caía. "Tuvo  una reacción a nivel afectivo, no racional", aseguró este perito,  quien incidió en que "esa visión le perturbó y afectó su capacidad  volitiva".  A instancias de la defensa declaró igualmente una antigua  compañera de trabajo de la ex mujer del acusado que aseguró que ella  tenía relaciones con otras personas, entre ellas el propio procesado  y la víctima. Todas las partes personadas en este proceso elevaron a definitivas  sus escritos, con la salvedad de que la defensa las modificó en el  sentido de incluir la atenuante de confesión, mientras que las  acusaciones particulares, que representan a las dos mujeres y a la  familia de la víctima, se adhirieron a las conclusiones del fiscal. El ministerio fiscal sostuvo que Francisco L. M. es un hombre  intransigente que veía a su ex mujer como un objeto sujeto a él hasta  el punto de la sometía a malos tratos y vejaciones. El fiscal alegó  que ella llegó a temer por su vida, por eso dejó Linares para irse  unos días al chalet de Torreblascopedro con una amiga suya, cortijo  en el que se desarrollaron los hechos enjuiciados. "El se enteró porque la seguía, por eso acudió a la casa y su  llegada no fue accidental, decidió acudir para que nadie se acercara  a ella", argumentó el ministerio público, que relató que, acto  seguido, el procesado se puso a observar la situación con unos  prismáticos con lo que cuando la vio con la víctima "arremetió contra  él sabiendo que iba a provocarle muerte", apostilló. A su juicio, Francisco L. M. no actuó ni por trastorno alguno ni  por obcecación, "estaba mirando en la lejanía y actuó, en todo  momento estuvo coherente y con una actitud violenta dominando la  situación", agregó. Para el ministerio público este hombre es responsable de 13  delitos, en los que incluye un asesinato; tres de homicidio en grado  de tentativa; dos de detención ilegal; uno de abuso sexual; malos  tratos; lesiones; daños; amenazas y quebrantamiento de medida  cautelar, ya que tenía una orden previa de alejamiento sobre la  mujer. Por todos ellos, pide una pena prisión de 75 años y siete  meses. Por su parte, la defensa aseguró que su cliente "no es mala  persona" y que esa noche era un hombre "atormentado" que se enfrentó  a una "realidad adversa que no pudo controlar". Así, alegó que no  estuvo acechando a la víctima y que solamente salió de su "escondite"  cuando su ex mujer se acercó al amigo y no antes. "Al ver una visión  tan impactante se perturbó", insistió. Este letrado también manifestó no saber dónde está la indefensión  de la víctima en el momento de la agresión, porque pese a estar  desnudo por estar cambiándose para ponerse el bañador fuera de la  casa podría haber cogido algún objeto como una piedra para defenderse  del cuchillo de su agresor, según dijo. El abogado recalcó que su cliente nunca quiso la muerte de la  víctima. "Se ha cometido un homicidio no querido por él, fue por ese  amor, quiso demasiado a la mujer equivocada y por quererla en exceso  está donde hoy está", resumió. Para concluir el juicio, el tribunal concedió al procesado el  derecho de que tomara la palabra por última vez, oportunidad que este  aprovechó para pedir perdón a la familia y a toda la sociedad. Se da  la circunstancia de que esta sesión contó nuevamente con la  asistencia de numerosos familiares y amigos de la víctima que en  varias ocasiones, especialmente al finalizar la sesión, increparon al acusado y le insultaron.