El amigo PP

Ayer regresaba a España con mi amigo Pepe desde Nueva York. Él volvía después de cinco años de trabajo e investigación en el extranjero como microbiólogo. Por fin los planes para financiar las investigaciones y recuperar talentos como el suyo para nuestro país han sido aprobados por nuestro gobierno de forma urgente, además la nueva banca pública aportará financiación y por fin tendría un salario digno.

    17 ago 2012 / 07:44 H.

    Además, el plan de choque para la financiación pública de nuestras universidades, equiparándonos a los niveles europeos, le supone a él, como al resto de nuestro profesorado, una sustancial mejora de las condiciones laborales y sociales. Pepe estaba nervioso después de estos años de ausencia y no podía creerse tanta mejora. Me comentó que lo que más le había impresionado era la reciente reforma constitucional que ha hecho que todos los cargos públicos con función de representatividad sean electos y que impide el carácter heredable de estos puestos representativos. No se puede creer que por fin se haya cambiado la ley electoral para que nuestro sistema democrático se base en el principio de que el voto de cada persona y su capacidad de decisión sea igual independientemente de donde viva. O la nueva ley de los partidos políticos que garantiza la absoluta transparencia en su financiación y su democratización. Y la ley que impide que los cargos políticos o los funcionarios ocupen cargos en las entidades o empresas que anteriormente regulaban. Alucinaba cuando le conté que para este invierno íbamos a poder participar en tres referendos vinculantes. El de Jaén, el de nuestra comunidad autónoma y el que se va a realizar a nivel estatal para que por fin desaparezca la concertación con la enseñanza privada, los privilegios financieros de la iglesia y utilizar todo esos beneficios, junto con los obtenidos de los nuevos impuestos que gravan a la banca y las grandes fortunas, para invertir en nuestra educación pública y laica. Con las últimas reformas que han igualado la fiscalidad que soportan las rentas del trabajo con las del capital, y con los 80.000 millones de euros que ha recuperado el estado del enorme fraude fiscal que se concentraba en las grandes fortunas, en las grandes empresas y en la banca se han creado casi cinco millones de puestos de trabajo en torno a los servicios ofrecidos por el estado de bienestar (sanidad, educación, dependencia,…). Mientras hablábamos de la prohibición de despedir en empresas con beneficios, de reparto del tiempo de trabajo y de cómo la financiación sirve ahora para crear empleo y riqueza, y no deuda, me despertó la voz del piloto antes de aterrizar en Barajas: Abróchense los cinturones. Pepe se disipó con mi sueño.
    Miguel Ángel Olivares es escritor