El acceso a internet de un mega todavía no es rentable

Enrique Alonso/Jaén
El Gobierno obligará, a partir del 1 de enero de 2011, a las compañías operadoras a dar servicio de internet a un mínimo de un megabit por segundo a cualquier ciudadano de la capital y de la provincia que lo solicite. Da igual dónde viva, ya que será un derecho universal para todos los jiennenses.

    09 dic 2009 / 10:53 H.

    El problema radica en quién lleva la infraestructura. Colocar redes de fibra digital en la capital es bastante rentable porque ya hay muchas personas dispuestas a pagar por el servicio y, según todos los cálculos, en unos años habrá muchas más. Pero, seguro que en una aldea de la Sierra de Segura, por ejemplo, no pasa igual. Allí, también se tendrá que montar toda la infraestructura, pero, probablemente, no existen tantas personas dispuestas a firmar un contrato de permanencia con una operadora. De ahí que no se darán “tortas” por prestar el servicio tecnológico.
    El Gobierno ha decidido convertir la banda ancha en un derecho. Ya la ha incluido dentro de las obligaciones del servicio universal de telecomunicaciones, que es el conjunto de prestaciones básicas que tienen que estar aseguradas en toda la capital y su provincia. Ahora, cualquier persona que lo pida tiene derecho a disponer de una línea telefónica fija en su casa, guía de teléfonos, cabinas públicas en las zonas urbanas y acceso para discapacitados. Sin embargo, a partir del 1 de enero de 2011, también deberán de disponer de internet a más de un mega de velocidad. No obstante, se trata de un pulso entre las administraciones y las compañías que se encargan de dar el servicio, que aún están molestas por el gasto que les ha supuesto el decreto del Ministerio del Interior, que les obligó a asignar la identidad del propietario de cada tarjeta de prepago.
    La capital y la provincia disponen de 13,4 líneas de alta velocidad por cada mil jiennenses, según la Comisión Nacional del Mercado de las Telecomunicaciones. Si se compara con las otras siete de Andalucía, es la que menos tiene. A priori, un mal dato, ya que denota menos interés por la banda ancha y, consecuentemente, negocio para las compañías. Y, así, resulta menos atractiva para la inversión. Málaga es la que más tiene, con 20,1 por cada millar de habitantes.
    La Administración tiene que convocar concursos para instalar la infraestructura, pero, salvo sorpresa mayúscula, se quedarán desiertos debido a que internet a un mega es altamente deficitario en zonas rurales o con poca población. De ahí que la Consejería de Innovación, a través de su orden de incentivos, trabaja para animar a las empresas y dotar de infraestructuras a la provincia porque, sin ayudas públicas, los emprendedores no se animan. Generalmente, se pagan los gastos y, luego, se reparten entre las compañías por cuota de mercado. Pero, pueblos con 20 conexiones no serán atractivos para nadie. De ahí que habrá que hallar soluciones.