El 80% de los fumadores comienza en su juventud

Inmaculada Espinilla/Jaén
El 80% de los fumadores reconoce que empezó en la adolescencia y es precisamente a este sector de la población al que se dirige la segunda actividad del Aula Respira. Los jóvenes conocieron tanto las consecuencias del tabaco como algunos consejos para evitarlo.

    26 oct 2011 / 09:53 H.

    Ni es divertido, ni ofrece grandes aventuras, ni sabe bien, ni ayuda a pasarlo mejor y, aun así, el tabaco logra atrapar al 30% de la población andaluza. Para reducir este porcentaje, el Aula Respira, puso en marcha la jornada formativa “Cero humos”, dirigida especialmente a adolescentes, aunque estaba abierta a todos los interesados. El programa fue completo: Una charla de las neumólogas Celia Lacárcel y Encarnación Granados; la experiencia de una exfumadora, María Antonia Osuna, y una presentación de la Asociación de Alérgicos y Asmáticos de Jaén (Alerja) realizada por su presidenta, Marivy Palomares.
    Y es que cualquier discurso o iniciativa es poca si de lo que se trata es de incidir en la prevención del hábito entre los más jóvenes. Sus consecuencias nocivas para la salud son más que conocidas y, sin embargo, es difícil de dejar. La causa, según indicó Celia Lacárcel es su efecto. “Es una droga y logra relajar. Queremos ofrecer a los jóvenes argumentos para que sean críticos con el tabaco”, añadió.
    El Aula Respira es un espacio para pacientes con enfermedades respiratorias crónicas, que pretende dar respuesta a sus necesidades de información y apoyo, así como actuar en la prevención. La sesión duró algo más de dos horas, y, según señalo Lacárcel, el objetivo de continuar en esta línea en algunos centros educativos para una prevención temprana del tabaquismo.
    María Antonia Osuna Osorio: “El tabaco es una trampa y se apoderó de mí”
    Lo que comenzó como un juego, se convirtió en una gran trampa. Así describe María Antonia Osuna Osorio su experiencia con el tabaco. Todo comenzó cuando era una niña, a los 13 años, de una forma poco original. Compartía los cigarrillos con sus amigas. Ya siendo adulta, llegó a consumir dos cajetillas diarias. “El tabaco se fue apoderando de mí”, dijo a los adolescentes que asistieron a la jornada del Aula Respira.
    Su participación en la actividad del Aula Respira respondía al  objetivo de contar su experiencia. “Es importante que los adolescentes no empiecen a fumar”, dijo. Por su trabajo, es auxiliar de enfermería, está acostumbrada a ver las enfermedades asociadas al tabaquismo, pero no por eso reaccionó.
    “Me planteé dejarlo. Fumar afectaba a mi salud, a mi economía... Me ahogaba en las cuestas, dañaba mi voz y, sobre todo, tengo muchas ganas de vivir”, expuso. 
    Ya no dudó. Decidió participar en uno de los talleres de deshabituación tabáquica de Alerja. “Duraba varias semanas, en las que paulatinamente se reducía el número de cigarrillos. Nos reuníamos una vez a la semana y, en cada sesión, contábamos cómo nos había ido y adquiríamos nuevos compromisos.  Llegué a estar siete meses sin fumar. Recaí, pero he vuelto a dejarlo”, concluye.