El 26 de junio: San Josemaría
El 26 de junio celebramos la fiesta de San Josemaría, y con este motivo le dedico estas palabras a su persona y a su mensaje. Yo a San Josemaría lo conocí en el año 1972 en Jerez de la Frontera, y a día de hoy siento la emotividad vibrante y entusiasta de sus palabras; palabras vivas que se quedaron escritas a fuego en el corazón de muchos de los que lo conocimos; y aún, en la ciudad de Jaén, queda mucho de ese fuego abrazador en aquel grupo de jóvenes, estudiantes y trabajadores, que pudimos verle.
A los santos les viene fundamentalmente su grandeza de su intensa unión con Dios. Por eso el fundador del Opus Dei, insistía en la importancia de la filiación divina. Dios es nuestro Padre, y de Él nos vienen todas las gracias. Los santos saben descubrir en todo: Al Dios que ama y al Dios que vive junto a nosotros. Por eso los Santos alcanzan fácilmente el culmen de la felicidad, porque saben apreciar y conocer el dedo de Dios en todo lo que existe; los Santos saben admirar la belleza de la creación; ellos saben admirar: La hermosura, la sencillez, la ternura, el cariño. Saben admirar lo que se esconde a los ojos de los sentidos, y sólo se puede ver: Con los ojos de la fe, con los ojos del alma. Si tuviera que elegir, en este 26 de junio, alguna frase o aspecto relevante de su vida y de su mensaje, elegiría el punto de Camino que dice esto: “Que busques a Cristo, que encuentres a Cristo, que ames a Cristo”.
Rafael Gutiérrez Amaro / Linares